Como ha venido informando Hispanidad, la Corte Suprema de EEUU se plantea revocar próximamente el fallo Roe vs. Wade, que legalizó el aborto en el país desde 1973.
Las cifras del Comité Nacional del Derecho a la Vida muestran que casi 63,5 millones de bebés han sido asesinados en abortos desde que el Tribunal Supremo legalizó el aborto en el caso Roe contra Wade en 1973. Aunque los totales de abortos por año han bajado desde sus máximos justo después de Roe, casi 900.000 bebés son asesinados en abortos cada año y esos totales han aumentado ligeramente en los últimos dos años debido a la pandemia de COVID y la incertidumbre masiva en el mundo, según las proyecciones de la Organización National Right to Life, recoge Infocatólica de LifeNews.
Hispanidad recogió recientemente las declaraciones del congresista estadounidense Billy Long, de Missouri, quien dijo que el asesinato de esos 63 millones de bebés en abortos ha destruido el respeto por la vida humana que existía en EEUU antes de Roe v. Wade. «Algo le ha pasado a nuestra sociedad. Me remonto al aborto, cuando decidimos que estaba bien asesinar a los niños en el vientre de sus madres. La vida no tiene valor para mucha de esta gente. Si hubiera algo que funcionara para evitar algunas de estas cosas, cualquier persona razonable se fijaría en algo así. Pero hasta ahora, nadie ha sido capaz de presentar ningún tipo de sugerencia que hubiera ayudado en alguna de estas situaciones».
Long vinculaba los últimos tiroteos acaecidos en EEUU con la minusvaloración de la vida humana que provoca la promoción del aborto. El 24 de mayo, Salvador Ramos, un joven de 18 años, ingresó con un fusil AR-15 a la escuela primaria Robb Elementary School, en Uvalde, a unos 130 kilómetros al oeste de San Antonio, y asesinó a 19 niños y a dos maestras, y dejó heridos a muchos más, antes de ser abatido por las autoridades.
Pues bien: a esa tesis se ha unido el Arzobispo de San Antonio, Mons. Gustavo García-Siller, quien señaló que mientras “todos queremos explicaciones muy ‘santas’ y ‘sabias’”, pocos están dispuestos a asumir que “la causa es una sociedad de cultura de muerte y con instrumentos que matan”, recogió Aciprensa.
“¿Quieren resolver la situación? ¿Quieren saber qué está pasando? Hay una cultura de muerte. La persona es descartada desde su concepción hasta la muerte natural”, dijo. Además, recordó que en “la Iglesia decimos: hay que proteger a toda persona humana”.