En EEUU, según recoge Infocatólica de CNA, se está produciendo un aumento considerable de ataques a iglesias, mediante incendios provocados y otros actos de vandalismo.
Los últimos ejemplos han sido varios ataques a iglesias de Nueva Inglaterra en los últimos meses, incluido un incendio en una parroquia católica, la iglesia St. Mary de Franklin (Massachusetts). También, otro incendio el 18 de octubre que dañó gravemente la iglesia St. Anthony of Padua en Casa Grande, Arizona. Asimismo, una iglesia católica en Florida ha sufrido numerosos incendios en sólo 16 meses. Además, una parroquia en Arkansas sufrió tres ataques recientes; al igual que la parroquia St. Francis de Sales en Sherman Oaks (California).
Ante todo ello, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de los Estados Unidos (ATF) (una agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos) ha emitido un comunicado en el que da una serie de consejos a las iglesias y comunidades religiosas, como una "vigilancia aumentada", "vigilancia y pasos proactivos para prevenir posibles incidentes" y las insta "a tomar medidas de seguridad reforzadas para proteger a sus congregaciones e instalaciones". La oficina también recomendó que las casas de culto «mantengan una comunicación abierta con la policía local y la ATF, reporten de inmediato cualquier actividad sospechosa y evalúen opciones para patrullas regulares en la zona».
Este organismo también recomendó que las casas de culto «mantengan una comunicación abierta con la policía local y la ATF, reporten de inmediato cualquier actividad sospechosa y evalúen opciones para patrullas regulares en la zona».
Se da la circunstancia de que la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de los Estados Unidos (ATF) es un organismo público, por lo que cabe preguntarse cómo es que ella misma no proporciona seguridad a las iglesias, si se trata de un deber básico del Estado, el de proteger de la violencia a sus ciudadanos, y más cuando estos pagan impuestos para ello...