Un gran número de personas se dejan llevar por los signos de los tiempos -de nuestros tiempos- y ven que el desorden global que nos afecta está más cerca del mal que del bien, es decir, que se definen como apocalípticos aunque no esté de moda reconocerlo en público, porque si lo haces serás un pesimista social y por lo tanto marginado. Desde hace años, son muchos los que se han apuntado al fenómeno de "el fin de los tiempos". Pero no solo han sido los Testigos de Jehová, que por cierto, cuando anunciaron el anterior "fin de los tiempos" y vieron que nada cambiaba, que todo seguía igual, muchos se dieron de baja de la secta por la frustración que les produjo no haber vivido en primer plano semejante experiencia. También fueron muchos otros cristianos, católicos e incluso no creyentes, los que se están dejando llevar por los signos de nuestros tiempos. Y la industria del libro -y el cine, sí, pero la del libro mucho antes-, se ha encargado de aportar al mundo bastante material para inflamar la imaginación de algunos. Aunque hay mucho publicado, en justicia hay que hacer salvedades. Si bien es cierto que en literatura hay de todo, como en botica, hay algunos títulos que por su calidad literaria o por cómo tratan intelectualmente el tema merecen ser consagrados, y leídos, incluso por ese perfil de lector que no se considera apocalíptico, pero que sí le gusta este tipo de ficción que tensiona el futuro. Y luego que cada uno saque conclusiones. Yo he sacado conclusiones. Y he decidido aportar algunos títulos como referencias que considero muy valiosas y que merecen la pena leer. Pero vaya por delante que no soy apocalíptico, que más bien defiendo a capa y espada que lo que nos toca vivir no es más que el fin de una era y que como en todos los cambios de ciclo de la historia de la humanidad, esta también es turbulenta. Comenzaré por el clásico Señor del mundo,  de Robert H. Benson (Ediciones Encuentro) que desempolvaron muchos cuando el Papa Francisco recomendó su lectura como cierto índice de muestras de lo que el autor escribió en 1907, tratado en nuestros días por críticos y estudiosos como algo profético porque según muchos narra con claridad la diferenciación de dos mundos cada vez más distanciados en el que la Iglesia parece ser la que es acorralada por una serie de aspectos muy actuales y dejando al mismísimo Papa Francisco en un papel muy similar al supuesto Pontífice que aparece en la novela. Algo más actual, pero no tanto, es 1984de George Orwell (Debolsillo), donde más que un fin del mundo muestra la consecuencia de un mundo dominado por un solo amo que desprecia a la humanidad y a la que solo es tratada como maquinaria de producción, controlada, dirigida y vigilada hasta en su intimidad. Una novela con un contra punto: un submundo rebelde que escapa de tal situación mostrándose como "seres libres" pero que viven marginados en la tierra oscurecida y, por supuesto, con el desprecio de una sociedad señoreada de todo pero cautivos del poder. Más recientemente nos llegó El padre Elías, de Michael O'Brien (Editorial Libros Libres) que también trae a colación el enfrentamiento de un pobre y anciano fraile contra el supuesto Anticristo al que todos llaman Presidente y del que todo el mundo depende, sus discursos por la paz y la fraternidad humana embelesaba a todos los auditorios por donde pisaba. El padre Elías, llamado por el Papa para que sea quien negocie con el Presidente, se verá envuelto en circunstancias tremendamente interesantes y llevadas por el autor magistralmente, creando el ambiente propicio en cada ocasión. Y ahora recientemente acaban de publicar la segunda parte de esta novela El padre Elías en Jerusalem (Editorial Libros Libres), la que todavía no he podido leer, pero si gustó la primera, seguramente también enganchará la segunda. Por último, la editorial Sekotia no ha podido resistirse y se han apuntado al carro apocalíptico con una interesante ficción Cyclus Apocalipticus, escrita hace años por el padre José Antonio Fortea, el mismo que ya escribiera con todo éxito Summa Daemoniaca, reeditado este año por el mismo sello editorial. La ficción de Cyclus se basa muy al pie de la letra según lo que su autor, el padre Fortea, considera lo que el apocalipsis evangélico permite ver y el resto es el zumo de su imaginación. La obra tiene bastantes aspectos que recuerdan la ya citada Señor del Mundo. Quizá, a diferencia de Benson, Fortea actualiza más datos aunque realmente la parte accidental nos da lo mismo porque la historia está fechada en el año 2181 y para entonces ¡vaya usted a saber..!. Si hay algo interesante es la manera que tiene de enfocar la gran apostasía universal, el enfrentamiento entre el bien y el mal o cómo muestra al Anticristo, que como todos los anteriores autores también cargan al personaje de un gran carisma popular y solo algunos pocos conocen su verdadero ser: el mal encarnado. Humberto Pérez-Tomé Román @hptr2013