Servidor no tiene ni idea de cuándo será la Segunda Venida de Cristo y encima, según muchos sabios que en el mundo han sido, esa Segunda Venida, que no tiene por qué coincidir con el Juicio final, está próxima.
Ahora bien, ese prejuicio contra los que anuncian que la II Venida está pronta me parece un poco tonto: ¿todos ellos son unos majaderos? ¿Y si tuvieran razón?
A ver, muchacho, el archivo. Lecturas del pasado domingo 21 de enero. Lo de Nínive: el fétido Jonás (ninguna ofensa a un personaje bíblico: se había pasado tres días en el estómago de un cetáceo. Digo yo que, por mucho que se hubiera lavado...), un pringadillo, aparece por la capital del imperio asegurando que en 40 días Nínive sería destruida, debido a sus muchos pecados. Y le creyeron, oiga.
Hombre, había una diferencia con el mundo actual: en aquella época -y era época precristiana-, los hombres poseían sentido del pecado mientras que el pecado del siglo XX es la ausencia del sentido del pecado. Pero el caso es que los ninivitas creyeron al hediondo y se pusieron a pedir perdón e hicieron penitencia.
¿Alguien piensa que esta humanidad puede aguantar mucho más? ¿En serio?
No, la segunda lectura de ese mismo día tiene por autor a San Pablo, quien asegura, en el siglo I, que la "representación de este mundo se termina" y que, por tanto, "Convertíos y creed en el Evangelio", tarea que, al parecer, resulta urgente, ya sea con la urgencia colectiva de los nivivitas o, en este siglo, con la urgencia de la propia muerte, que no deja de ser el particular juicio final de cada uno de nosotros, donde se decide nuestra vida eterna.
Por mi parte, ahora mismo, en 2024, creo que existe un consenso sobre que no vivimos en una era de cambios sino en un cambio de era. Y no hablo de los católicos, hablo de todo el mundo, también de los ateos y hasta de los verdes, que de cuando en cuando, también piensan.
Y es que, acerca de si está próximo el final, los síntomas superan a los diagnósticos y cuando eso ocurre es que algo va a ocurrir y a no mucho tardar. Así que, ya lo sabéis, convertíos y creer en el evangelio. Un consejo que siempre ha resultado importante y que ahora podría ser, además, urgente. No vaya a ser que la representación de este mundo se termine. Para mí o para todos, que viene a ser lo mismo.
Porque, además, sinceramente, ¿alguien piensa que esta humanidad puede aguantar mucho más? ¿En serio?