El medio de comunicación EWTN News ha informado de que alrededor de 150 hospitales católicos de Estados Unidos realizaron 'tratamientos', a niños, de transición de género mediante cirugías y dispensación de medicamentos, entre los años 2019 y 2023.
En total, más de 520 menores recibieron este tipo de tratamientos en hospitales supuestamente católicos, en unos 40 estados, durante ese período de cinco años, actuaciones que implican la ingesta de fármacos hormonales de por vida y amputaciones de los genitales.
Más en concreto, más de 150 de esos niños fueron sometidos a cirugías y más de 380 recibieron bloqueadores de la pubertad o terapias hormonales. Además, los médicos de los citados hospitales, supuestamente católicos, firmaron más de 1.850 recetas con esa finalidad.
Estos datos fueron recabados por el grupo de vigilancia 'Stop the Harm' (Detener el daño), que busca "contrarrestar las tendencias divisivas en la medicina, como la 'Diversidad, Equidad e Inclusión' y la ideología de género centrada en los jóvenes".
Este escándalo se hace todavía mayor si se tiene en cuenta que, en el mismo EEUU, en el año 2023, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) publicó una 'Nota doctrinal sobre los límites morales de la manipulación tecnológica del cuerpo humano' en la que indican, por ejemplo, que "los servicios católicos de salud no deben realizar intervenciones, ya sean quirúrgicas o químicas, que tengan como objetivo transformar las características sexuales de un cuerpo humano en las del sexo opuesto o participar en el desarrollo de tales procedimientos”.
Un documento que, además, cita al Papa Francisco varias veces, incluida su exhortación apostólica Amoris Laetitia, del año 2016 -muy anterior a estos hechos-, cuando dice: “Más allá de las comprensibles dificultades que cada uno pueda vivir, hay que ayudar a aceptar el propio cuerpo tal como ha sido creado”.
Por otra parte, los citados hospitales, supuestamente católicos, no siguen las indicaciones del Colegio Americano de Pediatras, que en junio de este año pidió acabar con el uso de los bloqueadores de pubertad y los cambios de sexo en menores: “Es hora de que estas instituciones médicas estadounidenses sigan la ciencia y el ejemplo de nuestros colegas profesionales europeos y dejen de promover protocolos que perjudican a los niños".