Continúa la polémica Lia Thomas. La federación estadounidense de natación, USA Swimming, se ha visto obligada a tomar medidas para atajar la polémica suscitada por la nadadora trans y ha anunciado un cambio en sus reglas.
En las pruebas de nivel élite, deben acreditar que «su desarrollo físico previo, como hombre, y aunque mitigado por alguna intervención médica, no le otorga ventaja competitiva sobre sus rivales». Además, también piden controles más periódicos y duraderos, teniendo que demostrar que la concentración de testosterona «ha estado por debajo de 5 nanomoles por litro de forma continua durante un periodo de al menos 36 meses antes de la fecha de la solicitud».
Tampoco España se ha quedado al margen creando un foro que han bautizado como Conferencia Internacional en Defensa de las Categorías Deportivas Femeninas para evitar que deportistas ‘trans’ compitan en esta categoría. Entre las entidades promotoras de la iniciativa, figuran la Asociación de Futbolistas Españoles, la Real Federación Española de Atletismo, la Asociación de Mujeres para el Deporte Profesional (AMDP), la Federación Española de Tiro con Arco y otras plataformas como la Alianza Contra el Borrado de la Mujer (CBM), que aglutina a un centenar de organizaciones feministas. También participarán organizaciones de Reino Unido, Canadá y EEUU como Fair Play For Women y Save Women´s Sports.
Las consecuencias que la participación de atletas trans tiene para el deporte femenino sigue siendo objeto de debate en Estados Unidos y en el resto del mundo. Lia Thomas, la nadadora transgénero de 22 años que ha batido todos los récords de mujeres en la Universidad de Pensilvania (Penn) mantiene en pie de guerra al mundo del deporte. Antes de realizar su transición compitió durante tres años como hombre, con el nombre de Will Thomas. Apunta La Razón a que si como hombre era mediocre, ahora bate todos los récord en estilo libre 200 metros y estilo libre 500 metros.
Hace unos días, 16 miembros del equipo femenino de natación de la Universidad de Pensilvania enviaron una carta a la escuela y a las autoridades de la Ivy League en contra de la participación de su compañera de equipo transgénero Lia Thomas y ahora siguen denunciando lo que supone para ellas compartir competición con la polémica nadadora.
La carta fue redactada por Nancy Hogshead-Makar, ex nadadora olímpica y dice que lo hace en nombre de 16 nadadoras de Pennsylvania, que no han querido, por miedo dar su nombre. Temen represalias. Hogshead-Makar asegura que quería ayudar a las nadadoras a contar lo que según ellas, no pueden decir públicamente por lo que pueda pasar. “Lo que más les preocupa es que la dirección se centre en Lia y no en los otros 40 miembros del equipo”, dijo. “Les han dicho que si hablan nunca tendrán trabajo, la gente verá su nombre en Internet y dirá: transfóbica, no la queremos”, denuncia Nancy Hogshead.
Pero además, ahora han filtrado la incomodidad que sienten en el vestuario: “No siempre se cubre sus genitales masculinos cuando se cambia, estas preocupaciones son ignoradas por los entrenadores”. “Cuando los funcionarios permiten que Lia Thomas exponga sus genitales masculinos a mujeres en el vestuario se viola el Código 3127 de Pensilvania y el Título IX de Acoso Sexual” afirman las compañeras de Lía.
La polémica es tal que hasta el mejor nadador de todos los tiempos, Michael Phelps, se atrevió a calificar esta situación como algo similar al dopaje: “Todos deberíamos sentirnos cómodos con quienes somos en nuestra propia piel, pero creo que todos los deportes deberían jugarse en igualdad de condiciones para que haya justicia. Este es mi deporte, este ha sido mi deporte durante toda mi carrera y, sinceramente, lo único que me encantaría es que todos pudieran competir en igualdad de condiciones”, sentenció.