'No contaban con las madres', es el libro de Nuria Coronado en el que cuenta "la lucha de miles de familias contra el fenómeno trans" y que ahora concede una entrevista en la denuncia el acoso y la censura hacia sus opiniones. «[Este libro] es un grito revolucionario frente a la mordaza. [...] Es la voz que la censura no tiene ni poder ni dinero suficiente para comprar. Porque el amor de madre no se vende».
Coronado habla directamente de "secta" trans, la cual está impuesta en muchos medios en nuestro país: "Tras varios casos de censura y otros noes, opté por no seguir colaborando". "La guinda fue que el medio decidiera prescindir de Juana Gallego, conocida feminista, para inmediatamente contar con la firma de Elizabeth Duval, activista trans y hoy secretaria de Comunicación de Sumar", habla de Público, medio en el que colaboraba y que ha participado de esa censura que denuncia.
En su libro denuncia el boom de adolescentes confundidas que se declaran trans sin serlo. Existe una "dictadura del género impuesta por un lobby transgenerista", el cual mueve mucho dinero, por ejemplo por los tratamientos farmacológicos que se necesitan en cada caso.
Asegura que el fenómeno trans arrastra e influencia a los niños y adolescente que en su mayoría, un 80%, están incómodos con su cuerpo, no con su sexo biológico. Advierte que las consecuenias son irreversibles por lo que acude a científicos, abogados y psicólogos para que desenmascaren "la fantasía distópica del poder trans".
La escrito enciende las alarmas: "las familias van a llegar a desconocer a sus hijas o hijos porque están abducidos e impregnados por los discursos que ven en series, redes sociales o charlas. Les van a llegar a presionar con el suicidio o con la hormonación sin pensar en las consecuencias. Lo mejor que pueden hacer es tratar de no perder la relación con su hija o hijo. Que sepan que están a su lado a pesar de que no quieran oírlos".
A la pregunta de si existe una infancia trans, Coronado afirma que "lo único que existe es una sociedad sexista y que se mece al son de una ideología que desempolva ideas tan retrógradas como que existen cosas, gustos, actitudes, preferencias, etcétera, femeninas y masculinas, que, si son opuestas al sexo, indican que se nació en el cuerpo equivocado y se es trans".
"Hablo de la mordaza trans por la presión del transgenerismo en las familias. Mientras que la propaganda trans promete la receta de la felicidad a las menores y los menores no dice nada de la mordaza que impone a las familias. Un bozal que se acaba convirtiendo en una tortura. Tienen que acatar todo el pack o pierden a sus seres más queridos".
"La ley Trans deja claro que las familias que se opongan a la norma, además de poder perder la patria potestad, corren el riesgo de enfrentarse a expedientes por maltrato. La redacción del artículo 170 así lo establece: «Cualquiera de los progenitores podrá ser privado total o parcialmente de su potestad por sentencia fundada en el incumplimiento de los deberes inherentes a la misma o dictada en causa criminal o matrimonial. Los Tribunales podrán, en beneficio e interés del hijo, acordar la recuperación de la patria potestad cuando hubiere cesado la causa que motivó la privación»".
"Yo me pregunto si se nos habría ocurrido aprobar una ley que diera la razón a una chica con anorexia y distorsión cognitiva de su cuerpo que hace que sea vea gorda y alentarla a no comer y automutilarse porque según ella es un derecho humano y no puede esperar ni un segundo más. Si se habría aplaudido y normalizado que las familias que se opusieran a ello fueran tildadas de anorexofóbicas. La respuesta cae por su propio peso".
Insiste en que "la manipulación se ha hecho a través del neolenguaje y gracias a la promoción en medios de comunicación del transactivismo. Se ha repetido hasta la saciedad que los derechos trans no se respetan. Que no tienen derechos. Cuando los derechos son inherentes a cualquier persona. Y a fuerza de repetirlo, ha calado". Lo que hay detrás de esta presión y este pensamiento único es, según la autora, que no se sepan las verdaderas consecuencias del proceso.
"Resulta que a los menores de edad les tenemos que firmar una autorización para ir a una excursión o les prohibimos fumar, pero luego les decimos que es perfecto y maravilloso que se hormonen. Y de esa brutalidad que se produce físicamente y que, además, tiene consecuencias mentales, no se habla".
"La mentira que se salta la biología y les dice que si se hormonan y amputan se solucionarán sus problemas psicológicos, les oculta la parte de que se convertirán en enfermos crónicos (osteoporosis, anorgasmia, infertilidad, problemas cardiovasculares, dolor articular…)", "Realmente hay muchos efectos adversos en la supresión de la pubertad, porque a las niñas se les va a provocar una menopausia precoz y les vamos a parar su desarrollo orgánico y hormonal. Estamos hablando de disminución del coeficiente intelectual, pérdida de memoria… Y tanto que nos dicen que la salud mental hay que cuidarla, a estos niños se les empuja a tener depresión, ansiedad, insomnio, trastornos del sueño e incluso se aumenta el riesgo de suicidio", explica en otra entrevista.
La escritora asegur que cada historia que ha conocido ha calado en ella, "No puedo elegir una historia, pero sí decir que todas las historias son reflejo de una estafa que es el mayor escándalo médico de la sociedad actual. Hemos superado al de las lobotomías. Solo espero y deseo que todas las personas, profesionales, instituciones, medios de comunicación o partidos que lo han apoyado paguen con la justicia todo su nefasto proceder. En España, como ya ocurrido en otros países, habrá miles de demandas de las familias o de las personas afectadas por el daño causado. Y ahí seguiremos nosotras recordando a cada una de las piezas del puzzle delirante. No nos vamos a olvidar".
Coronado cierra su entrevista con un mensaje claro: "La única manera de acabar con este despropósito «travestido» de derechos es derogando la Ley y protegiendo a menores de edad. En cuanto a Irene Montero ha sido junto a su partido y quienes se lo han permitido el peor caballo de Troya del feminismo. Ayer mismo un pederasta que violó a un niño de ocho años en un ritual de santería ha visto reducida su pena seis meses menos con su gran Ley. Su caballo de Troya no contaba con la rebeldía y la fuerza infinita de la yeguada de las madres y las feministas".