España se muere, y lo hace a gran velocidad. El número de nacimientos en enero fue de 27.756, frente a las 43.248 defunciones, según datos publicados este miércoles por el INE. Es decir, enero cerró con 15.492 menos españoles que en diciembre, sin contar la inmigración que, por cierto, cerró 2021 con un saldo negativo de 336 personas.
Ni el lobo, ni el lince, ni la foca monje del mediterráneo... la especie que corre más peligro de extinción en nuestro país es la especie humana, la que más ataques recibe, tanto del gobierno central como de los autonómicos y locales. Cada año en España se asesinan a unos 100.000 niños en el seno de sus madres, el equivalente a toda la población de Lugo o Gerona. Y eso sin contar los abortos químicos provocados por las píldoras abortivas.
El suicidio demográfico tiene otra consecuencia importante: dentro de no muchos años no habrá cotizantes suficientes para pagar las pensiones. Pero todo va bien.