Lo que está en crisis no es la prensa escrita sino el lenguaje escrito... que es mucho más grave. La gente ya no lee prensa... ni vegetal ni digital. Es decir, la gente no lee. Ese es el problema. Porque recuerden: yo sólo pienso cuando leo o cuando escribo, a veces cuando hablo, pero sólo si he leído antes. La tradición oral es maravillosa y profunda, ciertamente, pero el maquinismo, sobre todo el vídeo, nos ha hecho perder la memoria.
La tradición oral es maravillosa y profunda, ciertamente, pero el maquinismo, sobre todo el vídeo, nos ha hecho perder la memoria
La prensa actual tiene otros problemas. El principal de ellos es Google, parásito -le roba su trabajo informativo-, ladrón -le roba sus ingresos por publicidad- y censor -le impone lo que se puede decir y lo que no se puede decir-. Por ejemplo, a Google no le gustan las ideas cristianas. Es un buen servidor del Nuevo Orden Mundial (NOM). Google promociona las ideas que le interesan y censura al resto, las ningunea, recluyéndolas en la séptima pantalla de su buscador, a la que nadie llega, mientras promociona y pone en la primera pantalla lo políticamente correcto. Ejemplo: feminismo, ideología de género, ecologismo, animalismo, etc.
Todo lo que nos cuentan en un telediario cabe, en lenguaje escrito, en dos páginas de un tabloide
Ahora bien, el problema primero de la prensa, tanto vegetal como digital, en el siglo XXI no es Google o la escasa venta de periódicos: el principal problema es que la gente ve y no lee, mira y no tengo claro que piense. El vídeo ha sustituido al libro y, sin entrar en pugnas entre el periodismo escrito y la televisión, recuerden una sola cosa: todo lo que nos cuentan en un telediario cabe, en lenguaje escrito, en dos páginas de un tabloide. La conclusión se la dejo a usted.
Caminamos hacia una sociedad elitista. La élite será la que lea; la masa, la que vea, aunque no lo aparente. El intelectual será el que escriba; el miembro de la turba será el que hable mucho y lea poco, aunque no lo aparente
Y todo esto, ¿a qué nos lleva? A una sociedad elitista. La élite será la que lea; la masa, la que vea, aunque no lo aparente. El intelectual será el que escriba; el miembro de la turba el que hable mucho y lea poco, aunque no lo aparente... que hay mucho ágrafo.