Se lo contábamos ayer en estas mismas pantallas: los disturbios de Salt (Gerona) se extienden a Mataró. En Cataluña, los musulmanes han creado guetos, que tras el procés toman el testigo de la violencia.

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La situación se prolonga: los inmigrantes islamistas que están atemorizando a los vecinos de Salt (Gerona) han recibido a Ignacio Garriga, secretario general de Vox y presidente del Grupo Parlamentario en el Parlamento de Cataluña, entre gritos de «¡Viva Pedro Sánchez!», «¡Fuera racista!» y varias peinetas.

Por su parte, Garriga ha anunciado que su formación tomará medidas legales si el Ayuntamiento de Salt entrega una vivienda de protección oficial al religioso implicado.

Según Garriga, el imán implicado en la okupación llamó después a la calma, lo que, en su opinión, demuestra que los atacantes son sus allegados y que la violencia podría haber sido una estrategia para obtener beneficios administrativos, como la concesión de una vivienda pública.

Aquí, la reflexión del escritor e historiador Roberto Vaquero sobre los disturbios de Salt.