Más consecuencias de las leyes de Irene Montero, esas que hacían más feministas el BOE, ahora por la Ley Trans.
Una mujer trans, hombre bilógico, ha sido condenada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) por abusar de su hermanastra menor de edad. Al parecer besó a la víctima y le realizó tocamientos, pero estos hechos ocurrieron cuando la ahora mujer era un hombre. Hablamos de un delito continuado de abusos sexuales a su hermanastra, 21 años menor que el condenado, ahora condenada.
El tribunal estima parcialmente el recurso de apelación presentado por la defensa y rebaja a la mitad la pena inicial impuesta por la Audiencia de Málaga, que consideró que lo ocurrido era un delito continuado de agresión sexual y condenó al acusado, ahora acusada, a diez años de cárcel. Debido a las contradicciones manifestadas por la víctima, no puede dar por acreditado el acceso carnal y, en consecuencia, la agresión sexual.
Además, el TSJA le prohíbe acercarse a menos de 100 metros de la víctima por un período de 12 años y comunicarse con ella por cualquier medio y le obliga a indemnizarla con 7.000 euros.
Y ahora el rodillo Montero: cuando el condenado cometió el delito era Juan, ahora, tras someterse a un cambio de sexo, se hace llamar Irene, por lo que pide entrar en una cárcel de mujeres.