El excelentísimo e ilustrísimo cardenal Víctor Manuel 'Tucho' Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, ha presentado el documento titulado “La Reina de la Paz”. Hasta ahí bien, porque este es el título que se le otorga a la imagen de Nuestra Señora que se venera en Medjugorje. Pero, queridos compañeros, reparad en el subtítulo: "Nota sobre la experiencia espiritual vinculada a Medjugorje". Ojo: experiencia espiritual. Vamos, que no se habla de apariciones de la Virgen sino de una "experiencia espiritual", que no es Medjugorje, no, sino que está ligada a Medjugorje... vaya usted a saber por qué. 

Aconsejo la lectura completa del documento vaticano, que tampoco es tan largo, pero el que lo termine tiene premio. 

A ver: ¿qué experiencia espiritual ni qué puñetas? Las apariciones de la Madre de Dios en Medjugorje, monseñor Fernández, o son ciertas o son un camelo. O se apareció la Virgen a seis adolescentes de la antigua Yugoslavia o no se les apareció. Eso es lo que se esperaba de usted, no una larga disertación, porque da la impresión de que alguien en el Vaticano estaría feliz de condenar las apariciones como un fraude pero, al mismo tiempo, no se atreve a enfrentarse a la idea madre de este tipo de situaciones: "Por sus frutos los conoceréis".

Además, resulta, no ya duro, no ya ilógico, sino hasta peligroso, condenar a un poblacho que se ha convertido en la capital mundial de la Confesión -y con ello, de la conversión- de decenas de miles de personas de los cinco continentes. Quizá por eso, Tucho ha analizado Medjugorje, no como un lugar de apariciones, sino como un "fenómeno espiritual". Si no puedes cambiar la realidad cambia la categoría de adscripción.

Don Tucho: para fomentar experiencias del corazón la Madre de Dios no necesita montar remedos de apariciones ni numeritos que, o constituyen una delicadeza maternal de María ante un mundo corrompido o constituirían una burla global, mundial, telúrica.

Fenómenos espirituales ¿Poltergeist, quizás? Insisto: como no es sensato negar la sobrenaturalidad de Medjugorje, el documento vaticano convierte las apariciones marianas en un "fenómeno", una caricatura del amor de Dios. 

Con los sucesos preternaturales sucede lo mismo que con esas visiones curiosas de algunas actrices sabihondas que aseguran que Jesús es un personaje histórico impresionante pero, hombre, tanto como Dios encarnado....

Pues con las apariciones marianas, queridísimo Tucho, lo mismo: o son ciertas, un milagro de la Madre de Dios que busca con denuedo la salvación del mayor número posible de sus hijos o se trata de una estafa universal, no una mezcla de cosas buenas y cosas malas, como apunta tu documento. Si los videntes se inventaron las apariciones no deben ser llamados al orden: deben ser corridos a boinazos hasta Belgrado, y allí que se los coman los serbios.

Y luego está lo que le parece mal a Tucho de los mensajes concretos de Medjugorje. Por ejemplo, no le gusta que la Virgen nos riña, eso es sospechoso. Esto me recordaba lo de sor Lucía de Fátima, quien relata más de una bronca de la Madre de Dios y Madre Nuestra... bronca maternal: dura y con cariño

De postre, para ningunear las apariciones de Garabandal, que se quedan en “todavía no decidimos”… 63 años después

Si Sor Lucía levantara la cabeza... anda que no le echó broncas la Virgen y anda que no les soltó mensajes apocalípticos, que tampoco gustan a Tucho. Y esto a pesar de que la propia nota vaticana recoge lo que siempre dice la Virgen en todas sus apariciones, también en Medjugorje: que el castigo vendrá si no os convertís. Dios no quiere castigar al hombre pero a su misericordia une su justicia... lo que me recuerda aquello de que las apariciones no se han hecho para predecir sino para convertir.

Y es que a Tucho esto de hablar de la Segunda Venida de Cristo le parece muy preocupante, le suena mal. Pero hombre, don Tucho si está en el Credo que recita usted cada día: y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos...

Estamos ante un cardenal de los que piensan que la Segunda Venida del Salvador no tiene por qué ocurrir mañana. Mantengámonos en la moderación, viene a decirnos el Dicasterio de Tucho, no caigamos en la ultraderecha, no vaya a ser como la verdad, que es, por definición, tremendamente radical y ultra.

Para entendernos, que Tucho le ha otorgado un aprobado ramplón a Medjugorje, por los pelos. Ojo, no como aparición mariana digna de gratitud, sino, para entendernos, como un fenómeno espiritual... y en parte recomendable, no se vayan a creer.  

Vamos, que no existe el fenómeno Medjugorje pero Tucho Fernández es todo un fenómeno.

O así, que dijo un vasco. 

De postre, para ningunear las apariciones de Garabandal, que se quedan en “todavía no decidimos”… 63 años después. Y lo de Garabandal puede ser aún más grave que lo de Medjugorje. Pero eso queda para otro día.