En Francia, el 16 de febrero, en respuesta al Dictamen 139 del Consejo Nacional Consultivo de Ética, trece organizaciones que representan a 800.000 sanitarios franceses (médicos, enfermeros, enfermeros auxiliares), publicaron el documento '¿Provocar la muerte puede considerarse cuidado?', que denuncia la situación actual de Francia en referencia a la eutanasia.
“En un momento en el que el sistema sanitario francés atraviesa una serie ininterrumpida de crisis, parece una prioridad absoluta colmar las lagunas flagrantes de nuestro modelo de cuidados”, se afirma en el mismo, recoge el Observatorio de Bioética de la UCV.
El documento comprende reflexiones éticas interprofesionales sobre las perspectivas de la legalización del suicidio asistido y la eutanasia y su posible impacto en las prácticas asistenciales.
Además, las organizaciones firmantes piden considerar “prioritario” mejorar significativamente el marco de apoyo a las personas al final de la vida… sin reducir su complejidad a una dialéctica social o política.
Según la experiencia clínica y los estudios sobre este tema, hay varios motivos tras la petición de muerte de los pacientes, tales como “síntomas incontrolados, angustia moral persistente, petición de ayuda, reconocimiento del sufrimiento, necesidad de ser mejor atendido, o la posibilidad de recuperar un poder de acción, transgresión y libertad”.
El personal sanitario que conforma estas 13 organizaciones coincide en que estos pacientes tienen “un carácter ambivalente y cambiante de la voluntad, sobre todo a medida que se acerca la muerte. Con unos cuidados paliativos de calidad, el deseo de morir desaparece en la gran mayoría de los casos”.
Con unos cuidados paliativos de calidad, el deseo de morir desaparece en la gran mayoría de los casos
El mencionado documento hace hincapié en la obligación de escuchar y descifrar la verdadera motivación que lleva al paciente a tomar la decisión de acabar con su vida. De lo contrario “entre las repercusiones más significativas que se prevén figuran el abandono de toda individualización de los cuidados o la renuncia a una revisión compleja de la atención al paciente en favor de una alternativa más sencilla”.
Este escrito surgió tras la elección por el Gobierno de Emmanuel Macron de 180 personas para formar parte de una “convención ciudadana” donde debatir acerca del suicidio asistido, con la finalidad de “explorar todas las opciones posibles”.
En el debate mencionado, ante la pregunta ‘¿Hay que abrir el acceso a la ayuda activa a la muerte?’, el 75% votó “sí” y el 19% votó “no”. El proceso iniciado por Macron es de carácter consultivo.
Cabe preguntarse: ¿Y en España se ha tomado alguna iniciativa similar? (Ya llevamos unas 300 eutanasias desde que entró en vigor la ley, el 25 de junio de 2021)
El Observatorio de Bioética de la UCV ha recopilado las declaraciones de una veintena de instituciones médicas, comités científicos y grupos sociales contra la eutanasia.