Francia ha dado un paso más en la cultura de la muerte al promover que en su Constitución se recoja un supuesto derecho al aborto. O sea, el supuesto derecho a matar niños en el seno materno. Suena fuerte, pero es así.
Ocurrió el miércoles 1 de febrero en el Senado (Cámara alta), tras un intenso debate y tras un resultado de 166 votos a favor y 152 en contra que aprobó un texto, aunque retocado, que provenía de la Asamblea nacional (Cámara baja).
El texto votado en la Asamblea proponía incluir un nuevo artículo 66-2 en la Constitución, según el cual «la ley garantiza la efectividad y el acceso en condiciones de igualdad al derecho a la interrupción voluntaria del embarazo». La versión modificada votada por el Senado -promovida por el senador Philippe Bas, antiguo colaborador de Simone Veil, la mujer que despenalizó el aborto en Francia- añade la siguiente frase al artículo 34 de la Constitución: «La ley determina las condiciones en que se ejerce la libertad de la mujer para interrumpir su embarazo», recoge Infocatólica de PublicSenat.
El siguiente paso es que el texto vuelva a la Asamblea nacional, donde pasará el trámite con toda seguridad. Y el último paso debería ser someterlo a un referéndum a la ciudadanía.
El texto contó con el apoyo del Gobierno francés, cuyo presidente, Emmanuel Macron, ya se mostró partidario de incluir el aborto como un supuesto derecho humano en el seno de la UE. Así que ahora no extraña su postura.