Una madre abandona a su hijo de 9 años para irse a vivir con su pareja. El pequeño, logra sobrevivir dos años solo y en una casa sin luz ni calefacción. Según La Razón, el entorno inmediato del niño era completamente consciente de la situación del menor. Sin embargo, ni el padre, ni los familiares de ambos progenitores mostraron la menor intención de asumir la responsabilidad del niño o, al menos, de informar a las autoridades sobre el caso.
El niño se alimentaba de lo poco que podía robar en los alrededores, mientras continuaba yendo al colegio, aseado y haciendo sus deberes con normalidad. Según recoge La Razón, la alcaldesa de la localidad francesa en la que vivía el menor, Nersac, aseguraba: “Siempre estaba aseado, demostraba buena educación, era y sigue siendo un excelente estudiante. Mirando hacia atrás, me pregunto si su comportamiento, excepcional, no era una forma de protegerse y proteger a su madre, que lo visitaba de vez en cuando, para volver a marcharse dejándolo solo”.
Durante más de un año, las personas que lo conocían en la escuela y los vecinos que vivían cerca tenían sospechas sobre la difícil situación en la que se encontraba el niño, pero, lamentablemente, no se hizo ninguna denuncia formal. Finalmente, un año y medio después de que se produjera el abandono, los vecinos tomaron cartas en el asunto y denunciaron el caso a los servicios sociales.
Tras hacerse cargo de su situación, el niño fue trasladado a un hogar de acogida, donde permanece desde entonces. Respecto a su madre, fue condenada a 18 meses de cárcel, pero se le concedió la remisión de la pena, con lo que no necesitará cumplirla completa en prisión. Podrá disfrutar de un periodo de seis meses de vigilancia eléctronica. En cuanto al padre del niño, este ni siquiera se presentó al tribunal.