El Papa Francisco comenzó su 34 viaje apostólico internacional este domingo. Visitó Budapest, la capital de Hungría, en donde clausuró con una Misa el 52 Congreso Eucarístico Internacional en la que animó a dejar “que el encuentro con Jesús en la Eucaristía nos transforme”, tal y como recogió Hispanidad.
Después, Francisco arribó a Eslovaquia la tarde de ayer domingo. En Eslovaquia, el número de católicos representa el 62% de la población, que es de 5,5 millones de habitantes.
Nada más llegar a Bratislava, el Santo Padre inició su agenda oficial con un encuentro ecuménico en la nunciatura apostólica donde alentó a la unidad de los cristianos para “soñar una Europa libre de ideologías” y para que sea “más fecundada por el Evangelio”, recoge Aciprensa.
“¿Cómo podemos desear una Europa que vuelva a encontrar las propias raíces cristianas si somos nosotros los primeros desarraigados de la plena comunión? ¿Cómo podemos soñar una Europa libre de ideologías, si no somos libres para anteponer la valentía de Jesús a las necesidades de los distintos grupos de creyentes?”, preguntó el Papa.
¿Cómo podemos soñar una Europa libre de ideologías, si no somos libres para anteponer la valentía de Jesús a las necesidades de los distintos grupos de creyentes?
“El camino de sus comunidades ha vuelto a comenzar después de los años de la persecución ateísta, cuando no había libertad religiosa, o ésta era duramente probada. Después, finalmente, llegó. Y ahora los une un tramo de camino en el que experimentan lo hermoso, aunque al mismo tiempo difícil, que es vivir la fe como personas libres. Existe en efecto la tentación de volver a ser esclavos, no ciertamente de un régimen, sino de una esclavitud todavía peor, la interior”, advirtió el Papa.
Recordó que “la historia eslovaca está marcada de manera indeleble por la fe”. En ese punto recordó el sufrimiento causado por el comunismo en el país: “En esta tierra, hasta hace algunos decenios, un pensamiento único coartaba la libertad; hoy otro pensamiento único la vacía de sentido, reconduciendo el progreso al beneficio y los derechos sólo a las necesidades individualistas”.
Hoy lunes, el Pontífice también se ha encontrado con los obispos y religiosos y religiosas del país en la catedral de San Martín en el centro histórico de Bratislava y les habló de la necesidad de "una Iglesia humilde que no se separa del mundo y no mira la vida con desapego”, recoge RTVE.
El discurso del Papa se centró en dar consejos al clero del país como "no olvidar" la necesidad de "compartir, caminar juntos, acoger las preguntas y las expectativas de la gente" y de huir de la "autorreferencialidad" porque "el centro de la Iglesia no es la Iglesia".
"Salgamos de la preocupación excesiva por nosotros mismos, por nuestras estructuras, por cómo nos mira la sociedad. Adentrémonos en cambio en la vida real de la gente y preguntémonos: ¿cuáles son las necesidades y las expectativas espirituales de nuestro pueblo? ¿Qué se espera de la Iglesia?", señaló el pontífice.
Y advirtió de que "una Iglesia que no deja espacio a la aventura de la libertad, incluso en la vida espiritual, corre el riesgo de convertirse en un lugar rígido y cerrado”.