La señora ministra de Igualdad, de nombre Irene Montero, está desatada: ofrece, con nuestro dinero, píldora del Día Después (PDD), es decir, abortivos, de forma gratuita y reduce el IVA de todos los anticonceptivos, con el peligroso olvido de que todas, absolutamente todas, las píldoras anti-baby que hoy existen en el mercado, en la farmacias, y tal y como ya hemos explicado reiteradamente en Hispanidad, son potencialmente abortivas. Es decir, que pueden actuar antes de la concepción o después.
Ya saben: todas a fornicar y a matar. Lo más grave es que la nota distintiva de la actual generación es esta: los hijos que no tuvimos.
Todo con ayuda en eso mismo: el Gobierno ha reducido el IVA de los anticonceptivos, para que matar al propio retoño resulte barato. Es la promoción del homicidio a cargo de la precitada ministra Irene Montero. Y resulta que la Fundación Española de la Contracepción (FEC) contra la concepción no quiere condones: asegura que las gomas son inseguras.
Que sí, que evita el sida pero no evita el niño. Y lo que quieren los laboratorios es que la gente no utilice condones, salvo para evitar el sida, sino la píldora, que ellos venden para evitar al niño.
Repitamos lo que nadie quiere oír, incluso algunos provida: todas las píldoras anticonceptivas que se venden a día de hoy en las farmacias son potencialmente abortivas
La diferencia, claro, es que la píldora puede matar al niño en formación mientras el condón no mata a nadie. Es el único contraceptivo que no mata. Además, recuerden que este es un mercado de muerte: los fabricantes de abortivos, no sólo quieren eliminar la niño, quieren eliminar a la conciencia humana, crear un mundo mucho más cretinizado, ni tan siquiera inmoral, basta con que sea amoral, que nadie haga preguntas, que ni piensen en lo que están haciendo.
En estas llega el informe anual de la Fundación Española de Contracepción (FEC), formada por algunos de nuestros peores ciudadanos. La principal conclusión de su informe, vendida por sus mandos como toda una evidencia científica, consiste en asegurar que mejor la píldora, la que fabrican ellos, los laboratorios, que las gomas... no se vayan a producir embarazos.
En resumen, la Fundación Española de Contracepción (FEC) nos advierte: el condón no es seguro, mejor la píldora. Y tiene toda la razón: el preservativo no es seguro, sobre todo, para la cuenta de resultados de los laboratorios fabricantes de abortivos, que no venden gomas sino veneno químico. Pero no pueden ocultar que se trata del único centraceptivo no abortivo.
No es químico es mecánico. Y, en efecto, el preservativo no es seguro al 100 por 100 ni para evitar el niño ni para evitar el virus. Ni para evitar al niño porque el semen podría darse la vuelta, ni para evitar el virus, dado que los muchos virus son mas pequeños que la goma.
Los hijos que no tuvimos: todo está pensado, no sólo para matar a niños indefensos, sino para matar también la conciencia de los adultos que han eliminado a sus hijos
Al fondo, repitamos lo que nadie quiere oír, incluso algunos provida: todas las píldoras anticonceptivas que se venden hoy en las farmacias son potencialmente abortivas.
Y si los laboratorios tiene tanto interés en desprestigiar las gomas es porque ellos no fabrican gomas, fabrican abortivos.
Esta es la generación de "los hijos que no tuvimos", que decía Luis Eduardo Aute. Todo está pensado, no sólo para matar a niños indefensos, sino para matar también la conciencia de los adultos. Y la FEC, que sabe que el único anticonceptivo no abortivo es el preservativo, enfatiza que el condón no es seguro. Y el abortivo tampoco.
Quien mata a su hijo, está muerto: él y ella. Cuando matas a tu hijo te suicidas. Y nos han puesto demasiado fácil el asesinato del inocente... y el suicidio.
Lo más importante: ¿se puede vivir al margen de todo aborto en una sociedad como la actual? Por supuesto que sí: Dios aprieta pero no ahoga. Se puede vivir al margen del aborto sin tomar píldoras y también sin gomas. Sí, se puede. Somos animales racionales capaces de autocontrol. No somos animales en celo aunque la pornografía imperante lleva a alguno a convertir su sexualidad en patología.
Quien mata a su hijo, se suicida: él o ella. Y nos han puesto demasiado fácil el asesinato del inocente
Y si no somos capaces de autocontrolarnos... pues tendremos que echarle voluntad, razón y serenidad. Ni píldoras, ni gomas, ni mentirnos a nosotros mismos, asegurando, por ejemplo, que los anticonceptivos no son abortivos. Lo son, o pueden serlo, que es lo mismo, porque esa disyuntiva no la podemos controlar cuando tomamos la píldora.