La Fundación Madrina alerta del aumento de la violencia ejercida contra la embarazada y pide protección eficaz para la mujer que la sufre: “El mayor acoso y violencia que sufre una mujer es por el hecho de ser madre”. Muchas mujeres embarazadas sufren una "violencia extrema y acoso psicológico" por parte de sus parejas o entorno familiar a consecuencia del embarazo. 

A raiz del último acto de violencia contra una mujer embarazada en Zaragoza, Fundación Madrina denuncia que este tipo de casos no se estudian ni se generan estadísticas, dejando a las madres desprotegidas y vulnerables. 

La entidad denuncia el aumento de las agresiones y asegura que se da especialmente cuando la familia o pareja "no desea hacerse cargo del menor", sufriendo agresiones como "meterles la mano por el útero en busca del feto para matarlo…pegar puñetazos a la barriga de la madre…presionarla a diario psicológicamente, amenazándola con abandonarla…humillarla poniéndola desnuda fuera de la casa...perseguirla amenazándola con una piedra…presionarla para aborta empujándola dentro de las clínicas bajo amenazas…separarla violentamente de una farola donde se aferraba al no querer entrar en una clínica abortiva, y empujarla para arrojarla dentro de la clínica…”

A ojos de Madrina esta violencia es "enmascarada y consolidadda sin pruebas, después de un aborto". Además, solicita que la muerte de un menor en el seno materno, como consecuencia de agresiones, se considere “violencia vicaria o filicidio”. La entidad lamenta que tan solo se considere violencia la muerte de la mujer embarazada y no se considere violencia vicaria o “filicidio”, la muerte del menor en el seno materno (nasciturus), como consecuencia de agresiones, "el nasciturus encarna un valor fundamental y un bien jurídico reconocido según el artículo 15 de la Constitución Española".