Este mensaje anda corriendo por la Red:
Extra, extra!!!
La Agenda 2030 cambia de eslogan!
Ya no es "No tendrás nada y serás feliz"
Ahora es “No quedará nadie y seremos felices".
Recuerden el vídeo del Foro de Davos, la última brutalidad elegante del ínclito economista alemán Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial: no tendrás nada y serás feliz.
Pero conste que el objetivo último del Nuevo Orden Mundial (NOM) no es arrebatarnos la propiedad sino la vida. Tenemos que convencernos de que toda la doctrina NOM es un contradiós que odia al Creador y a la creatura. Al final, en efecto, la chifladura NOM lleva a eso: no quedará nadie y seremos muy felices.
Es la misma tendencia que opera en la gestión empresarial, tan próxima al montaje del Foro de Davos. Llevamos un cuarto de siglo entronizando a los gestores dedicados a recortar gastos -por lo general por el procedimiento de echar gente a la calle- y no de aumentar los ingresos.
La cosmovisión NOM es esa: un progresismo que camina hacia atrás, hacia el origen, es decir, hacia la nada. Olvidan, don Klaus también, que la nada no existe, como no existe el mal, que no es otra cosa que la ausencia de bien.
En otras palabras, la raza humana sobrevivirá a todos los nuevos órdenes del mundo. Fue creada por un Dios que sabe cómo salir de la tumba.
Los optimistas tenemos razón.