Google va a actualizar en febrero su política de contenido inapropiado, es decir, la censura que ejerce en internet. Una censura que va intensificando, naturalmente por el bien de los usuarios, desde aquel “my money, my life”, que instauró en diciembre de 2020. ¿Quién decide qué es un contenido inapropiado? Google que, miren por dónde, cada vez amplía más la lista de contenidos inapropiados.
En esta ocasión lo hace aprovechando la aclaración sobre lo que entiende por “Acontecimiento Sensible”. Así lo define textualmente el buscador: “Es un evento o suceso imprevisto que pone en un riesgo considerable las capacidades de Google de ofrecer datos validados, relevantes y de alta calidad, así como de reducir la monetización o la aparición en posiciones prominentes de contenido que muestre una falta de sensibilidad o saque provecho de tales eventos. Durante un Acontecimiento Sensible, Google puede llevar a cabo distintas acciones para hacer frente a esos riesgos”, concluye el buscador.
¿Quién decide cuándo estamos ante un ‘Acontecimiento Sensible’? Google. ¿Quién decide qué acciones tomar? Google. ¿Para qué? Para evitar la desinformación, los delitos de odio y la discriminación de un determinado colectivo.
Esta es la versión oficial, pero en realidad lo que pretende Google con esto es intensificar todavía más la censura que ya ejerce en la red.
El propio buscador, en un mensaje dirigido a los anunciantes, les pone ejemplos de lo que no estará permitido hacer ni decir. Nos hemos fijado en dos de ellos, aunque hay más.
“Uso de palabras clave relacionadas con un Acontecimiento Sensible para tratar de conseguir más tráfico”. Y nos preguntamos: ¿para qué sirven las palabras clave si no es para aumentar el tráfico? Es decir, no se podrán utilizar las palabras clave que decida Google, sobre un acontecimiento que Google decidirá si es Sensible o no. Esto es progreso y democracia.
Otro ejemplo del buscador sobre lo que no estará permitido desde febrero: “(…) contenido que afirme que las víctimas de determinados países son responsables de una crisis sanitaria mundial o se la merecen”. O sea, que no podremos decir que el Covid tuvo su origen en China, no porque sea mentira, sino porque supone responsabilizar a los chinos de la pandemia y eso es inadmisible en pleno Siglo XXI. Dentro de poco no podremos decir nada.
Las medidas de Google están en línea con lo anunciado en Davos por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Gertrud von der Leyen, una de las peores ciudadanas europeas: la máxima preocupación para los dos próximos años “es la desinformación”. Es decir, hay que censurar más. Dentro de poco no podremos decir nada.
Y todo esto sucede en vísperas de la Asamblea General de la ONU -septiembre 2024- en la que aprobará las 'Global Digital Compact', es decir, los estándares de censura global que aplicarán las grandes tecnológicas como Microsoft, Google o Facebook. En otras palabras, a partir de septiembre, la censura en la red tendrá el amparo de la ONU. Lo dicho: dentro de poco no podremos decir nada de nada. Esto marcha.