Aumenta mucho la pobreza y exclusión en Barcelona y sus ciudades vecinas, mientras los políticos locales y regionales se "distraen" con otras cosas, denunció Cáritas Diocesana de Barcelona, recoge Religión en Libertad.
En 2019 Cáritas presentó su primer informe FOESSA sobre pobreza y exclusión social en Barcelona. Con datos de 2018, constataba 646.000 personas (1 de cada 4 habitantes de la diócesis de Barcelona) estaban en situación de exclusión social. (Esto es lo que entiende Cáritas por exclusión social).
Las cosas han empeorado y mucho, según el nuevo informe que se ha presentado esta semana. Ahora son 885.000: el número de excluidos ha aumentado un tercio.
Miriam Feu, responsable de Análisis Social e Incidencia y del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas Diocesana de Barcelona, al presentar los datos del informe FOESSA 2021 para Barcelona, explica que «la exclusión social en la diócesis de Barcelona se sitúa 3 puntos por encima de la de Cataluña (29,10%) y casi 9 puntos por encima de la del conjunto de España (23,4%). El dato es preocupante. Significa que 1 de cada 3 personas de la diócesis queda excluida de la sociedad».
A todo esto hay que añadir que la capital catalana cerró 2021 con un incremento del 6,6% de la tasa de delincuencia respecto a 2020, según los datos del Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior, recogió Gaceta.
Si la situación de Barcelona es cada vez más preocupante, los datos de los delitos sexuales son verdaderamente alarmantes. Las agresiones sexuales «con penetración» crecieron más de un 80%, pasando de 92 a 166 respecto a 2020. Los delitos contra la libertad e indemnidad sexual también aumentaron, llegando a 877 en 2021, un 41,5% más que el año anterior. El resto de delitos sexuales crecieron un 34,7%.
Unos índices de criminalidad que en los últimos años -coincidiendo con el mandato de Colau- han crecido de una manera sorprendente y que hace que la ciudadanía y, sobre todo, las personas más vulnerables -como son nuestros mayores- vivan con miedo
Las denuncias por narcotráfico subieron un 31,2%, de 818 en 2020 a 1.073 en 2021. Los delitos de lesiones y las riñas tumultuarias aumentaron de 483 en 2020 a 688 en 2021, lo que supone un incremento del 42,4%, según los datos recogidos por Metropoli, añafe Gaceta.
En cuanto a los robos con violencia e intimidación, estos crecieron en un 24,2%, con un total de 10.564 denuncias. Los hurtos ascendieron a 54.081, un 2,7% más que en 2020, y los robos de vehículos se mantuvieron en cifras prácticamente iguales, disminuyendo tan sólo un 0,3%, de 2.488 a 2.481.
El sindicato mayoritario en la Guardia Urbana de Barcelona, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, emitió el pasado viernes un comunicado en el que alertó de que Barcelona se ha convertido en una de las ciudades “más peligrosas” de Europa y en el que señaló directamente a la alcaldesa de Ciudad Condal, Ada Colau, por esta situación.
“Que la ciudad de Barcelona sale cada día en los medios de comunicación está claro para todos -y no nos enteramos más que de lo más grave- pero es debido a la nefasta política de seguridad que tenemos con el Ayuntamiento y que ha llevado a Barcelona a ser una de las ciudades más peligrosas de Europa, con unos índices de criminalidad que en los últimos años -coincidiendo con el mandato de Colau- han crecido de una manera sorprendente y que hace que la ciudadanía y, sobre todo, las personas más vulnerables -como son nuestros mayores- vivan con miedo”, se lee en el escrito del sindicato, recoge Gaceta.
Barcelona es una ciudad rica, de una región rica, de un país europeo del Primer Mundo, que tiene industria y cultura. Su alcaldesa, Ada Colau, antigua activista "por la vivienda digna", lleva gobernando desde 2015. Su Ayuntamiento no es pobre ni pequeño: atiende a 1,6 millones de habitantes e ingresa 3.000 millones de euros al año vía impuestos. En las elecciones municipales de 2019, Colau sólo obtuvo un 20% de los votos, pero fue reelegida por el apoyo de los concejales del Partido Socialista y 3 del grupo de Manuel Valls, recuerda Religión en Libertad.
Ada Colau, te estás luciendo…