Decíamos en Hispanidad que según los Mossos d'Esquadra, Brian Raimundo C.M. es una persona con comportamientos "vejatorios y humillantes" con las mujeres para "dañarlas" física y moralmente y que no tiene, además, "remordimiento". Lo corrobora su víctima, la joven que en el momento de la brutal agresión que sufrió, tenía 16 años:

Uno de los camioneros que ayudó a la menor víctima de una brutal violación e intento de asesinato ha explicado que la chica estaba medio desnuda, temblando, semi inconsciente, balbuceando y con mucha sangre en el suelo, en la cara y en la zona genital. El hombre ha explicado que fue avisado por otro camionero, y lo primero que hizo fue taparla con prendas de ropa que llevaba en su camión y llamar al teléfono de emergencias. La chica estaba abandonada en un callejón mal iluminado de la zona industrial cercana a la discoteca donde había salido de fiesta, una área muy poco transitada a las 7 de la mañana del día de Todos los Santos.

La menor, de 16 años, permaneció más de un mes hospitalizada tras sufrir un grave traumatismo craneoencefálico, con pérdida de audición en un oído, y varios desgarros internos, que le han dejado importantes secuelas.

Mientras, el acusado testificaba en el juicio que ha arrancado esta semana en Barcelona: «No recuerdo nada. Había bebido bastante y tomado drogas».  El acusado, que se enfrenta a 45 años de prisión por los presuntos delitos de intento de asesinato y agresión sexual, ha negado los hechos y ha asegurado que no se reconoce en las grabaciones de las 155 cámaras de seguridad que estudiaron los Mossos d’Esquadra para identificarle.

En el juicio han declarado varios peritos que analizan la conducta del acusado y las secuelas de la víctima –que tuvo que ser operada en varias ocasiones por la gravedad de las lesiones. «Nunca había visto una agresión así en toda mi trayectoria», ha afirmado el perito de los Mossos, que aseguró que el acusado no atacó con un «único fin sexual», sino para «causar el máximo dolor» a la víctima.

En cuanto a una de las principales pruebas incriminatorias –la chaqueta con ADN de la víctima que encontraron en su domicilio– ha asegurado que la encontró en la calle. «El día que salí de fiesta me la encontré, tenía frío y como había perdido la mía me la puse». El acusado, que en ese momento tenía 21 años, tiene antecedentes por agredir sexualmente a su hermana pequeña y dos exparejas. Al ser preguntado por si, en caso de que hubiera sentencia condenatoria, estaría de acuerdo con la expulsión a su país (Bolivia), respondió que preferiría cumplir la pena en España. Algo que su víctima rechaza frontalmente. La joven ha pedido que cumple su condena en una cárcel de su país.