En Hispanidad contamos el caso recogido por Okdiario de una propietaria que ha pasado a ser okupa. Se trata de una ciudadana belga que era propietaria de una vivienda en Tenerife, la cual decidió vender. José y Rosario tomaron la decisión de comprar la casa, asumiendo la hipoteca y pagándole 50.000 euros a la propietaria. Esto fue hace más de tres años, en los que José y Rosario no han podido disfrutar de su nueva propiedad, porque la antigua dueña decidió continuar viviendo en el piso, pero como okupa.
Según detallaba el medio, la okupa estaba utilizando a menores marroquíes para permanecer en la casa: tiene a un niño de seis años apadrinado, con el que según los vecinos las peleas son constantes. Además, el tasador pudo comprobar el estado lamentable en el que se encuentra la casa: "Parece que tiene diógenes, la casa está destrozada, llena de cajas y basura", asegura José a Okdiario.
Debido a la situación en la que se encuentra la casa, José decidió denunciar ante la Fiscalía de Menores y los vecinos acudieron a los servicios sociales: "el niño no tiene una alimentación correcta, pasa tiempo solo y duerme en una especie de jaula".
Ahora Okdiario ha entrevistado al que fuera hijo adoptivo de la okupa, que asegura: "Fui maltratado". Se llama Miguel Ángel, pasó su infancia y adolescencia junto con la okupa durante 16 años. Asegura haber vivido episodios violentos y donde la okupa le privó de libertad.
Ante la situación que estaba viviendo, decidió denunciar a su madre de adopción, por lo que la Fiscalía de Menores tuvo que intervenir decidiendo retirar la patria potestad a la okupa, así, Miguel Ángel acabó en un centro de menores.
"Nunca veíamos a familiares, tampoco a amigos, no se me permitía salir de casa, estaba encerrado". Además, cuenta cómo la okupa le revisaba la mochila, le controlaba el registro de llamadas y le quitaba la conexión a Internet.
Miguel Ángel asegura que en una ocasión un hombre comentó la situación lamentable en la que veía al menor, por lo que la okupa descargó sobre él su ira, emprendiéndola a pedradas contra el hombre, al que llegó a rayarle el coche.
La situación llegó a afectarle en sus estudios: "Suspendía todas por lo que estaba viviendo, me castigaba sin comer, menos mal que iba al comedor del colegio porque en la nevera de casa no tenía nada".
Miguel Ángel habló con la policía cuando tan sólo con 15 años, aunque decidió retirar la demanda porque la okupa le prometió que iba a cambiar, cosa que no sucedió: "Quité la denuncia para nada", aunque esto puso en alerta a la Fiscalía de Menores: "Mi madre siempre me amenazaba con ir a Fiscalía para meterme en un centro de menores y un día fuimos, me preguntaron y decidí que era mejor irme a un centro de acogida y luego estuve en un piso de Aldeas Infantiles".
"Estuve tiempo sin saber qué me ocurría hasta que los médicos me dijeron que había sufrido maltrato y me diagnosticaron depresión, he perdido trabajos por ello y no he podido retomar mis estudios".
Desde Okdiario aclaran que, "a pesar de tener toda la documentación probatoria, este periódico ha hablado con la okupa de Tenerife la cual asegura que «fue coaccionada» y niega haber vendido su casa a pesar de que su firma se encuentre el documento notarial. También dice desconocer quién le está pagando su hipoteca y asegura que «sus abogados le dijeron que dejara de pagar»".