Algún cachondo inteligente ha hecho correr por Internet este diagrama con la evolución de la Agenda 2030. Apuesto por los tramos intermedios y por la acertada intención, que no por la consecución o final del augurio.
Es verdad que el Nuevo Orden Mundial (NOM), mediante la Agenda 2030, pretende convertirnos en una sociedad incapaz de atender al débil e incapaz de procrear, pero olvidan que Dios nunca está quieto
De entrada, observen los dos puntos finales: escasez de alimentos y de agua y serio declive de la fertilidad.
El segundo ya está en marcha: no tenemos hijos y la primera batalla de esa carencia es que tampoco tenemos para pagar las pensiones de nuestros mayores.
El primero, lo de falta de alimentos y de agua, también es cierto: la crisis económica a la que nos asomamos hoy es una crisis de carestía que no de sobreabundancia. Y no sufríamos una crisis de carestía (recuerden el doble efecto: falta de productos y los productos disponibles resultan muy caros) desde finales de la II Guerra Mundial.
Además, la humanidad suele sacar escasas lecciones de las crisis de sobreabundancia, que la suelen hundir en la autosatisfacción de la desigualdad y la represión de los débiles.
Estas profecías no tienen en cuenta a Cristo, señor de la Historia. Por tanto, son pesimistas, desesperanzadas... y erróneas
Ahora bien, reparen en los pasos intermedios de nuestro autor anónimo: sabe de qué hablar. Pero olvida algo muy importante que convierte en falsa toda la brillantez del gráfico: olvida a la Providencia.
Es verdad que el Nuevo Orden Mundial (NOM), mediante la Agenda 2030, pretende convertirnos en una sociedad incapaz de atender al débil e incapaz de procrear, pero olvidan, y este es el gran error del gráfico, que Dios nunca se está quieto. Y les aseguro que los hacedores de la Agenda 2030, así como el hacedor del brillante gráfico que se adjunta, no han contado con aquello que advertía San Josemaría Escrivá: dos más dos son cuatro pero dos más dos más Dios no se sabe cuánto pueda llegar a ser, resulta absolutamente invaluable.
Lo que significa que muchas de las profecías actuales que tratan de descubrir hacia dónde nos dirige el Nuevo Orden Mundial (NOM) olvidan que una cosa es querer y otra, poder. No exageremos la potencia del adversario, que no es más que otra creatura. Estas profecías no tienen en cuenta a Cristo, señor de la Historia. Por tanto, son pesimistas, desesperanzadas... y erróneas.
Que el mundo va mal está claro, que vayamos a ir a peor ya no está tan claro, que el mal -o el Maligno- ganen la batalla eso es rotundamente falso. Al final, siempre gana Dios.
Los padres de familia numerosa serán los dueños del universo... por incomparecencia del adversario eunuco
Pero sí, ahora mismo, en esta sociedad infértil, el hombre aún constituye una especie en peligro de extinción. Por cierto, eso significa que los padres de familia numerosa serán los dueños del universo... por incomparecencia del adversario eunuco.