Con 48 votos en contra y 46 a favor, el Senado de Estados Unidos frenó el lunes 28 de febrero el proyecto de Ley de Protección de la Salud de la Mujer (WHPA), calificado por los obispos y grupos provida como uno de los más extremos en su historia porque habría permitido el aborto en cualquier etapa del embarazo, recoge Aciprensa.
Todos los republicanos votaron a favor de la vida, además del senador demócrata Joe Manchin.
El proyecto de ley, conocido también como HR 3755, habría permitido el aborto voluntario en todo el país en cualquier etapa de la gestación, a través de un estatuto federal, y habría eliminado las leyes provida en todos los niveles del gobierno, incluida la notificación a los padres de las menores de edad, el consentimiento informado y las protecciones de salud o seguridad específicas de las instalaciones de aborto.
Además, habría obligado a todos los estadounidenses a financiar con sus impuestos los abortos a nivel nacional y en el extranjero; mientras que los proveedores y profesionales de la salud serían forzados a realizar, ayudar y/o derivar abortos en contra de sus creencias, afectando también a empleadores y aseguradoras.
La WHPA “consagraría en una ley federal el aborto a pedido hasta el momento del nacimiento, y anularía las leyes estatales, nuevas y existentes, que protegen a los niños no nacidos y a sus madres”, advirtió Jeanne Mancini, presidenta de March for Life, antes de la votación.
La WHPA “consagraría en una ley federal el aborto a pedido hasta el momento del nacimiento, y anularía las leyes estatales, nuevas y existentes, que protegen a los niños no nacidos y a sus madres”, advirtió Jeanne Mancini
La votación del Senado se produjo cuando la Corte Suprema se prepara para emitir un fallo a finales de este año en Dobbs vs. Jackson Women's Health Organization, un caso que amenaza el fallo Roe vs. Wade, que legalizó el aborto en todo el país en 1973.
Los expertos en leyes afirman que el caso Dobbs vs Jackson presenta una oportunidad ideal para que la Corte Suprema reconsidere fallos previos que promovieron el aborto legal a nivel nacional.
Por eso, los líderes demócratas y muchos de los principales medios de comunicación describieron el proyecto de ley como un esfuerzo para «codificar el derecho al aborto» en los EE.UU. en respuesta a la posibilidad de que la Corte Suprema anule el caso Roe v. Wade a finales de este año, añade Infocatólica de LifeNews.
El proyecto de ley pretendía, en concreto:
Eliminar todas las leyes estatales y federales de consentimiento paterno en relación con el aborto.
Eliminar todas las leyes estatales de consentimiento informado, incluidas las que permiten a las mujeres ver una ecografía antes de abortar.
Impedir que los estados aprueben leyes para proteger a los bebés a partir de la semana 20 de gestación, uniéndose así a países como Corea del Norte, China, Vietnam, Singapur, Canadá y los Países Bajos, que no protegen a los niños no nacidos en etapas avanzadas de su desarrollo.
Obligar a los médicos y enfermeras que se oponen al aborto a perder sus puestos de trabajo, y los hospitales católicos podrían perder los fondos públicos si no realizaran abortos.
Eliminar las limitaciones impuestas durante décadas a la financiación directa del aborto por parte de los contribuyentes, incluida la popular Enmienda Hyde, que ha salvado más de 2 millones de vidas desde su promulgación.
En resumen, la legislación anularía todas las leyes federales y estatales a favor de la vida y haría ilegal que los legisladores de todos los estados pudieran legislar a favor de la vida.