Justo ahora, cuando la ministra de Igualdad -en funciones- 'amenaza' con querer continuar en el cargo después de que el "valiente" Gobierno Sánchez diera a luz la ley del Sólo sí es sí, conocemos datos de la 'exitosa' gestión de Irene Montero.

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Sólo dos cifras como muestra: 1.000 violaciones más al año... y más de 100 agresores sexuales en la calle. Según Vozpópuli, que recoge datos del Ministerio de Interior, la ministra se encontró cuando llegó al ministerio con una cifra de 1.873 violaciones al cierre de 2019 frente a un 2022 que finalizó con 2.870 agresiones sexuales con penetración.

Y lo que va de 2023 no es mucho más alentador: con los datos del balance de criminalidad del primer trimestre, que son los que se han publicado hasta el momento, las violaciones han aumentado un 3,8% en este periodo. En enero, febrero y marzo de 2022 se produjeron 984 delitos de este tipo, mientras en esta misma etapa de 2023 se produjeron 1.021.

Ojo, porque además, según datos de Fad Juventud, recogidos por Vozpópuli, el Ministerio de Igualdad no ha logrado frenar el aumento de las violaciones, pero tampoco conseguir una mayor concienciación entre los jóvenes y adolescentes, entre los que crece el antifeminismo, según señalan estudios como el que publicó este año Fad Juventud bajo el título 'Culpables hasta que se demuestre lo contrario. Percepciones y discursos de adolescentes españoles sobre masculinidades y violencia de género': los varones jóvenes están de acuerdo en un porcentaje alto con frases como que "el feminismo busca perjudicar a los hombres" (34,7%) o que "sólo se usa como herramienta política" (38,1%). Por encima del 45% de apoyos se sitúan frases como "no se puede debatir con feministas porque te acusan de machista muy rápido”.

Decíamos en Hispanidad que ahora, en la era feminista de la liberación femenina, resulta que crece el número de violaciones y crece la crueldad de las mismas. En el entretanto, la ignorante Irene Montero continúa desarrollando su locura argumental que une la solemnización de lo obvio -lo importante es el consentimiento, como si alguna vez no lo hubiera sido- con esa bucólica visión de la mujer como un ser arcangélico y del varón como un depósito de maldad y crueldad.

Además, la pobrecita ministra de Igualdad se queda en el paupérrimo ‘consentimiento’, que no deja de ser como jugar a empatar. La sexualidad, tanto la femenina como la masculina, pero sobre todo la femenina que, cuando se ejerce bien, es mucho más rica por más ligada al amor, va mucho más allá del mero consentimiento. La mujer no feminista -afortunadamente quedan muchas- suele tener más claro que el varón que el sexo es donación de uno mismo o se queda en simple reproducción animal. 

Y mientras tanto, van cinco comités de crisis... para evitar la violencia de género... cuyas cifras no paran de crecer.