La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha concedido una entrevista a Telecinco, donde se ha pronunciado sobre la nueva ley del aborto de Irene Montero.
Como hemos publicado en Hispanidad, la normativa pretende matar conciencias y, especialmente, la de los sanitarios.Creará un listado de médicos objetores, que suena a señalar al médico que no quiera dar muerte, en lugar de un registro de médicos dispuestos a perpetrar abortos. A este respecto, Ayuso, ha afirmado que su Gobierno apoyará y defenderá la objeción de conciencia de los médicos madrileños.
Y asegura: "Los médicos no estudiaron medicina para esto, lo estudiaron para prolongar la vida. No quiero que el aborto quede como un método anticonceptivo, es mucho más que eso, estamos hablando de vida".
Además, la presidenta madrileña, advertía: "Se quiere tratar como un método anticonceptivo, me parece tremendo que los padres no puedan opinar sobre sus nietos y a las mujeres no les pidan reflexión y tranquilidad para decidirlo... no se puede imponer (el aborto) como un derecho".
Por otro lado, Ayuso ha criticado que no se hable "de la falta de recursos de las madres que se quedan solas y que quieren seguir adelante con los hijos y que son expulsadas de sus hogares o extorsionadas por sus parejas", así como tampoco "de la falta de nacimientos" que hay en España "que provoca soledades y problemas a futuro".
Y añadía: "No soy la que tiene la familia numerosa, pero hay que trasladarle a los jóvenes otras políticas... No he conocido a mujeres que se hayan arrepentido de tener hijos, sí de abortar".
A su juicio, se está creando un debate "de personas malcriadas". "¡Ay, es un estorbo! ¡Quítatelo! ¡Es tu cuerpo!... Yo creo que el debate es más serio y más amplio que todo eso".
Ayuso acierta en sus palabras, y en reivindicar lo que muchos políticos callan, pero también comete errores. En la misma entevista habla también de las drogas, y asegura que "aunque no sea popular, voy a dar la batalla en contra de las drogas", pero no defiende con la misma vehemencia la vida. Defiende el "aborto legal, seguro pero poco frecuente", asegura que nunca defendería "penalizarlo", que "jamás criminalizaría a alguien que recurriera" al aborto y que "nunca he defendido penalizarlo, pero tampoco algo que, como es un derecho, se convierta en una obligación a otros". Una pena, porque el derecho es la vida, no dar muerte al ser más indefenso de todos.