Cuando en Hispanidad decimos que Meloni es cristiana no nos referimos a que sea una mujer muy rezadora que  su alma es cosa suya. Lo que pedimos es que sea un político con una cosmovisión cristiana de la existencia. Una política no administra sacramentos, administra el Boletín Oficial del Estado y las cuentas públicas. No es un cura, pero tampoco es una tecnócrata. El BOE y el presupuesto pueden enfocarse desde distintos ángulos, uno de ellos es el ángulo cristiano. 

De hecho, en su discurso de toma de posesión como Presidente, Meloni concluyó citando a san Juan Pablo II. No en vano, el juramento del cargo lo pronunció el día de su fiesta, el 22 de octubre. «Un Pontífice, un estadista, un santo a quien tuve el privilegio de conocer personalmente. Me enseñó algo fundamental, que siempre he atesorado: “La libertad no consiste en hacer lo que nos gusta, sino en tener derecho a hacer lo que debemos”. Siempre he sido una persona libre, así que tengo la intención de hacer lo que tengo que hacer», ha sentenciado. 

Y de hecho también, en el 46 aniversario de su designación como Papa, la dirigente italiana ha vuelto a recordarlo: