Su nombre es Lily, tiene 23 años, es francesa y youtuber e influencer. En sus redes sociales se dedica a hablar de salud mental y hace unos días anunció su decisión a través de un vídeo en su cuenta de Instagram, donde cuenta con más de 270 mil seguidores: a final del último trimestre de este año se trasladará a Bélgica para practicarse la eutanasia.
Tiene un trastorno de atención (TDAH) y de trastorno de identidad disociativo (TID) o trastorno de identidad múltiple, lo que le provoca hasta 15 personalidades diferentes: “No es algo para debatir, no es para generar un debate, es una decisión que he tomado, difícil de tomar, y es mi vida”.
“Estoy muy cansada y no le he dicho a nadie, a nadie, que esa es la solución. No le deseo a ninguna persona en la tierra que tenga un día en que piense” en el suicidio. Aunque la propia joven reconoce que “La vida es increíble y hay muchas cosas que hacer y sé que hay muchas soluciones. ‘Sí, pero no has intentado esto’. No, lo he intentado todo, y sé que hay esperanza y sé que hay terapias, lo sé. Pero no saben las razones de mi decisión. La razón principal es que estoy agotada, ¿de acuerdo?”. Es decir, la joven sabe que su enfermedad no es incurable o terminal, sabe que hay tratamientos.
Achaca ese cansancio a las dificultades de su vida, según explicá sufrió bullying durante 14 años, fue víctima de pedofilia desde los 4 años, ha sido violada hasta en cinco ocasiones, ha pasado por cuatro hogares y 20 familias de acogida y ha sufrido anorexia desde los 10 años.
“Tal vez no comprendan mi decisión, pero no pido que la comprendan”, aunque deja abierta la puerta a cambiar de opinión. "No encuentro algo lo suficientemente positivo que contrarreste toda la mierda que he vivido. No tengo la familia que conforta, ni la gente que ayuda, no tengo suficiente en mi vida para poder soportar lo negativo”.
En junio de 2022 ya se había acabado en España con la vida de 180 personas mediante la eutanasia, desde que se aprobó la Ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, de regulación de la eutanasia.
Al aprobar la eutanasia, España se unió al grupo de países en los que la eutanasia es legal: Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Canadá y Colombia; así como a los estados de Oregón (EE.UU.) y Victoria (Australia).
La eutanasia y el suicidio asistido suponen traspasar la frontera ética de que la vida es sagrada y ni uno mismo y ni mucho menos un tercero puede disponer de ella. Esa frontera ética está en la conciencia de todas las personas del mundo. Y por eso responde a la ley natural: respetar la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción a la muerte natural.
Y a esto es a lo que lleva la mentalidad eutanásica: ya no es con una enfermedad terminal o incurable, sino porque se esté cansado o deprimido. Se trata de un plano inclinado o pendiente deslizante muy difícil de parar que provoca que la vida no tenga ningún valor