Decíamos ayer… que los jueces británicos habían ordenado matar, o sea, desconectar a la niña Indi Gregory. Sus padres no querían pero su opinión no importaba: otro caso de eutanasia de un niño contra la voluntad de sus padres.
Pero en este caso es más grave, por cuanto la primera ministra italiana Giorgia Meloni, concedió la nacionalidad italiana a la pequeña Indi, precisamente para salvarla de la ejecución y que fuera trasladada a Roma. Pues ya ven, no: los jueces británicos han decidido que sea desconectada de su soporte vital.
La degeneración moral de Reino Unido es grande, lo sabemos, pero esta vez se ha superado. La red social de Universitarios católicos lo explica mejor que yo.