Quizá sea un dato que usted desconocía...: ¿sabe que se gastan miles de millones de dólares al año en investigación y biotecnología para la supervivencia del ser humano? Sí, es así, la humanidad tiene miedo a morir y descubrir qué hay tras la puerta de la muerte. Los más ricos, y más miedosos, ya encargan que hibernen su cadáver (crioizar) para que cuando haya soluciones científicas le "despierten", le curen y sigan las cosas como si hace cien años fuera ayer. Apréndanse este nuevo vocablo criogenización, porque dentro de nada, será aquello que sustituya las pólizas de vida, y ya en Valencia hay una empresa que lo ofrece.
Nos quedamos sin Dios y matamos lo que nos hace más creíbles, la trascendencia en el más allá. Por ejemplo, el nefasto e influyente Yuval Noah Harari, millonario vendedor de copias de una saga de libros (Homosapiens, Homo Deus y 21 lecciones para el siglo XXI), pone al ser humano a los pies de los caballos, porque para él sólo somos materia más o menos evolucionada, que partimos de una célula o microorganismo y terminaremos tarde o temprano en un algoritmo matemático.
Harari es profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén y publicó por primera vez en hebreo Homosapiens en 2015. Y por el contenido de fuerte carga ideológica, que rechaza de plano la existencia de cualquier Dios, no tardaron en llegar las traducciones al inglés y al español, en 2016. Este israelí, que en sus páginas de agradecimientos incluye a su esposo como fuente de luz y paz en su vida, viene a darnos lecciones de felicidad y claro, 25 millones de copias vendidas en todo el mundo parecen darle la razón, pero solo lo parece, no se engañen.
Por supuesto, su teoría del hombre evolucionado es la del hombre-dios que la naturaleza le ha dotado del super poder de la inteligencia y la voluntad con lo que es capaz de amar, aunque todo ello son procesos matemáticos que terminan convirtiéndose en una suerte de conjuro para que lleguemos a donde nos proponemos. Ya, bueno...
Aprendan un nuevo vocablo, criogenización, porque dentro de nada será lo que sustituya las pólizas de vida
Pero no le falta razón al pensar así, si lo que le lleva a ello es ver cómo un mundo seudocientífico, altamente tecnologizado y la relativización de cualquier concepto es en estos momentos la panacea donde el pensamiento humano globalizado se mueve como pez en el agua, aunque sea agua podrida llena de basura. Pero la persona del día a día, se dice: nado, luego existo... Desgraciadamente, hoy existir por el hecho de existir, es el sinónimo de éxito en todas las categorías sociales.
Hemos perdido nuestro sentido -¡no digo nada de la dignidad!-, porque desde la revolución sexual nos hemos ido reduciendo a carne, dejamos de coexistir con el Espíritu Santo y la conciencia de la existencia de Dios, es decir, la conciencia del Bien y del Mal. Rodar por el terraplén de la denigración de convertir al sexo en un pasatiempo de ocio sin consecuencias (revolución sexual), para luego pasearnos por la ideología de género, el transexualismo, y poco a poco al transhumanismo. ¡Hasta por fin la nada...!
La Universidad Católica de Valencia ha tenido a bien publicar un breve librito que ha coordinado el doctor Justo Aznar, que comparte edición con otros seis valorados bioéticos: Marta Albert, Enrique Berruguete, Carmen Mateu, Óscar García Mulet, Alejandro J. López Oliva, Juan Andrés Talens y Julio Tudela. Todos son expertos en cada una de las áreas que de alguna manera conforma a la persona, concediendo a sus capítulos la importancia que merecen, que va desde el aspecto biomédico, pasando por los discursos sociales que hacen que pensemos de una forma determinada, hasta la teología que da sentido de su componente espiritual. El libro, Transexualidad. Valoración pluridisciplinar del fenómeno y su regulación legal, es imperdible, necesario y no se desaprovecha ni el índice. Si puede, hágase con un ejemplar porque le dará una fuerte cimentación argumental para hablar sabiendo de un tema escurridizo que los mass-media ya se encargan de filtrarlo en su casa, a sus hijos, a sus alumnos... como algo tan natural como los geranios de su terraza.
Rota la familia, el cimiento de la persona, la sociedad queda en un enorme rebaño de individuos sin norte
Tengo que insistir en que no hay nada sin querer. Miren ustedes, el término reingeniería social no es una novedad. En las conferencias promovidas por las Naciones Unidas de los 90, en una de ellas capitulada Habitat II, que se celebró en 1996, el Secretario General Wally N'Dow se refirió a las megaconferencias de la ONU como que buscaban provocar los cambios en los estilos de vida que llevarían a la caducidad de la familia tradicional y que su reemplazo sería inminente por las nuevas formas de familia y el derecho a elegir el tipo de familia donde se desea vivir, en un verdadero proceso de reingeniería social. ¡Qué eficacia! Solo un poco más de diez años, el mundo es así, como está... Y una vez rota la familia tradicional, verdadero sostén de la persona, la sociedad no es más que un enorme rebaño de individuos sin norte, que solo tienen de agarradero la ley para saber lo que puede hacer o no, y lo políticamente correcto para saber qué hacer o qué decir. Y ahora que la persona solo es un individuo que responde a un código alfanumérico como el DNI, que fácil es destruirle con tendencias de género, creencias en un dios relativista como el Estado y qué cómodo darle consuelo con el "no morirás", la ciencia cuida de ti. ¡Haz lo que quieras, sé feliz!
El hombre ante sí mismo (Grafite) de Julio de la Vega-Hazas Reflexiones sobre moral fundamental a la luz de la encíclica Veritatis Splendor, pero como indica el autor en la introducción, este libro no pretende ofrecer un estudio exhaustivo de la encíclica, sino simplemente exponer unas reflexiones en torno a algunos temas de la moral fundamental que la encíclica aborda y cuya recepción en la teología no ha sido siempre pacífica.
La sociedad decadente (Buena Nueva) de Isaac Riera Fernández. Europa ha dado la espalda a Dios, la Europa que creció y se fortaleció sobre los principios cristianos, quiere buscar su propia “identidad”, su “libertad”, su “autonomía”. En solo sesenta años, Occidente ha entrado en barrena, ha perdido su esencia y se precipita de manera estentórea a la ruina, el declive, la decadencia y el ocaso. ¿Existe aún esperanza?
¿Familia o familias? (Sekotia) de Sara Pérez-Tomé, María Crespo y María Hernández Sampelayo. Cuando en España los políticos y medios de comunicación comenzaron a coquetear con la idea de que familia no era solo aquello de hombre, mujer y niños, sino cualquier otra cosa que las personas estimasen en una relación afectiva, y luego Zapatero terminó confirmando en una ley el homomonio, Sekotia se adelantó sacando este libro con tres mujeres expertas en diferentes facetas de la familia y dejaron plantadas las bases de por qué son incomparables unas familias con la familia, y las consecuencias que derivarían de la toma de esas decisiones.
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