El profesor e historiador argentino Marcelo Gullo ha publicado el libro Madre Patria. Desmontando la leyenda negra. De Bartolomé de las Casas al separatismo catalán (Espasa), en el que hace una encendida defensa de la labor de España en Hispanoamérica durante más de tres siglos.  

Su obra ha motivado incluso que el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se refiriese a ella en no muy buenos términos. Porque para el actual presidente mexicano, España debe pedir perdón a México. 

Pero Gullo se lo explica muy bien a AMLO y a todo aquel que quiere escucharlo. "Pedir perdón por liberar a los mexicanos de los aztecas es como pedir perdón por haber derrotado a los nazis", sustanció Gullo en otra de las frases citadas por el presidente mexicano.

El historiador argentino se propone demostrar que "la leyenda negra de la conquista española de América constituyó el principal ingrediente del imperialismo cultural anglosajón para derrotar a España y dominar Hispanoamérica”.

La leyenda negra de la conquista española de América constituyó el principal ingrediente del imperialismo cultural anglosajón para derrotar a España y dominar Hispanoamérica

No solo durante los siglos XVI y XVII para justificar la piratería británica, ni durante el siglo XVIII para intentar el asalto británico en Cartagena de Indias en 1741 (que frenaron Blas de Lezo y Sebastián de Eslava), ni durante el siglo XIX para alimentar las independencias y situar a los nuevos países bajo el poder de sus logias, sino hasta hoy mismo. Los británicos han logrado "la subordinación cultural pasiva de España, que dura hasta nuestros días": es "la obra más genial del marketing político británico", demuestra Gullo, recoge Religión en Libertad.   

En su libro, Gullo señala que, a diferencia de otras leyendas negras, el problema es que la propia España ha hecho suyo este discurso inculpatorio. “España aceptó esa leyenda, esa inmensa fake news inventada por el Imperio Británico”, dijo en una entrevista con El Mundo.

De la colonización española, surgió “otro imperialismo, pero no fue embrutecedor”, dijo Gullo. "España llenó América de miles de hospitales gratuitos y de 410 universidades y, fundamentalmente, fundió su sangre. El hijo de Cortés fue mestizo y fue a la corte. ¿Dónde está el racismo ahí, dónde las políticas de exterminio?”, se pregunta Gullo. 

España llenó América de miles de hospitales gratuitos y de 410 universidades y, fundamentalmente, fundió su sangre. El hijo de Cortés fue mestizo y fue a la corte. ¿Dónde está el racismo ahí, dónde las políticas de exterminio?

España sale bien parada en especial en comparación con otros imperios; fue uno de los más benévolos y en absoluto puede hablarse de genocidio. “Humboldt, que odiaba todo lo que tuviese que ver con España -dice Gullo-, llegó a la Ciudad de México y dijo que nunca había visto un sitio en el que se viviese como allí por el igualitarismo y la mezcla social que había. Respecto a la América de habla inglesa, no se puede sostener la comparación. Su política era decir que el mejor indio era el indio muerto. Y resulta que la conquista que pasó la Historia como asesina fue la española”.

“España nunca consideró que América fuera un botín”, afirma. La Corona “envió a sus mejores profesores a América, mientras que Inglaterra llenó Australia de presos”. Y “mientras el Colegio Máximo de San Pablo de Lima llegó a reunir, en 1750, la increíble cifra de cuarenta y tres mil libros, la Universidad de Harvard tenía tan solo cuatro mil”.

Pero Gullo también apunta con dedo crítico a España. La subordinación cultural que antes lamentaba "la lleva a no reconocer a sus hijos" y a preferir en su suelo a los "rubios teutones" o, en Cataluña, "a los descendientes del antiguo invasor musulmán", en alusión al fomento de la inmigración musulmana que lleva a cabo la Generalitat. Ante la catastrófica demografía española, "solo una inmigración masiva de hispanoamericanos podrá salvaguardar a España, que ya tiene una pirámide funeraria de un trágico final anunciado, y hacer entonces que España siga siendo España”, añade Religión en Libertad. 

La crítica a España le sirve a AMLO para no criticar al verdadero culpable del subdesarrollo mexicano que es Estados Unidos, que le sacó a México el 60 por ciento de su territorio

Por cierto que, volviendo al presidente de México, y preguntado Gullo en una entrevista en Infobae,  que por qué cree que López Obrador insiste tanto con este discurso antiespañol tan extemporáneo y ahistórico, este respondió: 

— Es como el prestidigitador que con una mano distrae de lo que está haciendo la otra: la crítica a España le sirve para no criticar al verdadero culpable del subdesarrollo mexicano que es Estados Unidos, que le sacó a México el 60 por ciento de su territorio, recordemos el Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848. Casualmente ese mismo año se descubren las minas de oro en California y Estados Unidos se convierte en el primer productor de oro del mundo. Siempre existió en las élites mexicanas esa tendencia a cuestionar a España y obviar a EEUU; es un poco un síndrome de Estocolmo.

— De todos modos en este discurso, AMLO reconoce algunas cosas, que Moctezuma fue un tirano, que hubo pueblos indígenas que lucharon con Cortés…

— El está a la defensiva en ese discurso. La entrevista que cita, que me hizo el diario El Mundo, dio en la línea de flotación de su discurso y por eso salió a rebatirme. La evidencia histórica lo contradice. Está confirmado que el azteca fue un imperio antropófago. Antes se decía que el canibalismo azteca era sólo ritual, esporádico. Pero no es así. Suplían la escasez de carne animal con carne humana. Mataban entre 20 y 30 mil indígenas de otras etnias por año para alimentarse: la carne era para la clase sacerdotal y los nobles y al pueblo le daban las vísceras. Cuando empiezan a construir el subte en México, aparecen paredes y paredes de cráneos humanos. Se contaban los cráneos como ladrillos.

 La película Apocalipto, de Mel Gibson, en absoluto fue una exageración

— O sea que la película Apocalipto, de Mel Gibson, no fue una exageración…

— En absoluto, no fue para nada exagerada. El azteca fue uno de los imperios más sanguinarios que hubo. Por eso yo digo, y es la otra frase que citó AMLO, que ‘pedir perdón por liberar a los mexicanos de los aztecas es como pedir perdón por haber derrotado a los nazis. “Los aztecas representaban al 10% de la población y su imperialismo ha sido el más atroz de la Historia. A los oprimidos no les quitaban la comida, como todos los imperios, sino la carne humana”, agregó.