¿Qué es ultra cuando hablamos de política? En estos tiempos de puritanismo socialdemócrata es difícil definirlo, porque todo lo que no encaja en sus parámetros es ultra, y no. No todo lo que se diga que sea lo que ellos no piensan es ultra, a veces, sencillamente se discrepa. El rodillo de lo políticamente correcto tiene la piel muy fina, cualquier aire a contrapelo le eriza los vellos, aunque la imposición de sus criterios sea a rueda de molino. Pero entonces, ¿en qué se diferencia la ultraizquierda de la ultraderecha? En lo fundamental, en nada, ambos limitan la libertad de los derechos fundamentales del individuo. Solo hay matices en la maquinaria política y social que la aplica, normalmente a hierro.
Hay un aspecto que los medios de comunicación -al menos en España- promocionan y es que solo existe la ultraderecha, nunca la ultraizquierda, cuando la realidad del panorama político español es más bien el contrario, porque como dije en uno de mis anteriores artículos la derecha española se ha diluido en estos últimos 40 años, además pasada por la criba de la Ley de la Memoria Histórica y la mirada vigilante de la moralina de la izquierda, donde siempre se apresuran a recordarnos la factura pendiente que nunca será cobrada para que siempre tengan algo que echarles en cara. Y como dije en ese mismo artículo citado, la izquierda se ha rodeado de los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos formando un bloque que, aunque no coincidan en la misma orientación ideológica, les une un objetivo mayor: destruir a España y repartirse el botín como malos administradores. Una vez muerta la gallina de los huevos de oro, solo quedarán ellos mismos para seguir canibalizándose.
Entonces, ¿en qué se diferencia la derecha de la ultraderecha? Antes de seguir, avisaré que el Partido Popular actual, no es la derecha, es un partido socialdemócrata, tirando al centro y neoliberal. Y en el otro extremo, Vox tampoco es la ultra, es la derecha, y punto. Después de la escabechina ideológica de Mariano Rajoy, Vox es el partido que la mayoría de los votantes del PP deseaban, pero no sabían dónde estaba. El expresidente Rajoy desmanteló lo poco que quedaba de la derechización de Aznar, desmoralizando (me refiero a retirar la moral de los hechos) y desasistiendo al partido de los principios democristianos. Así, ahora esos votantes huérfanos, han encontrado un padre adoptivo que cubre las necesidades básicas de cualquier hijo: sentirse protegido y querer parecerse a su padre.
Los medios de comunicación -al menos en España- promocionan la ultraderecha, nunca la ultraizquierda
La derecha, aunque sea Vox, no es ultra porque no propone nada que vaya contra de las libertades fundamentales del ciudadano. La derecha defiende una forma de ver a España, sostenida por la cultura hispánica, de unidad y defensa de los valores principales de la persona, la excelencia del trabajo y el crecimiento a través del esfuerzo personal. Vamos:
• ¿Es ultra que rechacen partidos independentistas...? Creo que no, es legítimo desear que España siga siendo una nación unida. ¿Les parece ultra que se defienda la bandera y las instituciones que representan al país? Esto solo sucede en España, ningún país conocido se tira piedras así mismo y menosprecia lo que le representa.
• Muchos consideran ultra defender la dignidad de la persona desde su nacimiento hasta la muerte natural, incluso puede considerar ultra ir contra las ideologías que desvirtúan la identidad del hombre y la mujer, o poner en duda la autoridad de los padres, los profesores y los policías... Sin embargo, ese deseo no es más que un principio básico de orden natural que organiza las jerarquías familiares y sociales a través de determinadas autoridades.
• A las fuerzas armadas hay que quererlas, respetarlas, para que sean buenos profesionales. Eso no es ultra... eso es sentido común y la necesidad de salvaguarda de la identidad territorial.
• Regular la inmigración no es xenofobia ni ultra, es planificar el país en función de su propio orden legislativo y las necesidades reales de mano de obra. Lo contrario, es demagogia buenista y "efecto llamada".
Muchos consideran ultra defender la dignidad de la persona desde su nacimiento hasta la muerte natural
En fin, creo que lo ultra está más en la izquierda que desea que el voto solo sea de los jóvenes para evitar que los mayores, más conservadores en general frustren los planes de poder; de los nacionalistas que desprecian a los que nos son de los suyos, ni de su idioma, ni sus apellidos; y de los gobernantes que legislan duramente contra lo que no les gustan obligando por ley a un pensamiento único, castigando u obligando a hacer callar a los que piensen de otro modo.
Como dato curioso, hay que recordar a todos los que tachan a la derecha de ultra, fanáticos y retrógrados anclados en el pasado, que en el mundo no queda ni una sola dictadura de ideología de derechas, solo imperan las comunistas como en China, Cuba, Venezuela, Corea del Norte, muchos países de África... etc. Es evidente que, en el ranking de ultras, es decir, aquellos que, bajo un poder político, limitan las libertades fundamentes de la persona.
Una última observación: no se dejen llevar por los cantos de sirena de la izquierda, insultando o metiendo miedo sobre "qué llegan los fachas" porque no. Y menos de los showman mediáticos y profesionalizados que se mueven en ciertos círculos televisivos de entretenimiento, que se les llena de bocas de ultras y fachas... Porque tengan en cuenta que son puro espectáculo y están ahí para eso, para divertir a su público.
Pack completo para entender el comunismo del siglo XXI (varios sellos editoriales) Tres títulos muy interesantes que nos ponen en la pista de dónde y cómo se ejerce lo ultra en la izquierda El legado de Fidel Castro Retrato del totalitarismo marxista en Cuba. La dictadura progre, magnífico ensayo sobre los principios inquisitoriales de la las políticas progresistas y reformormistas de la izquierda en general. El espectro del comunismo. Después de la época de Zapatero y la asunción por la Izquierda más radical, al PSOE solo le queda defenderse radicalizando su discurso.
El manicomio catalán (La Esfera de los Libros) Ramón de España. En este libro cargado de humor e ironía, el autor es un barcelonés que rechaza el nacionalismo y reflexiona sobre el delirio nacionalista de Cataluña, un país con más presidentes por metro cuadrado que ninguna otra nación.
Pensadores de la nueva izquierda (Rialp) Roger Scruton. El autor inicia este estudio sobre los fundamentos de la Nueva Izquierda en 1985, publicando un libro con este mismo nombre. En él analizaba a Sartre y Foucault, Habermas, Galbraith y Gramsci.