El pasado martes, el ex líder de Podemos, Pablo Iglesias, presentaba su libro, "Verdades a la cara", en el auditorio Matadero de Madrid. Durante la presentación, Iglesias hizo, una vez más, gala de su cursilería y caradura, recordando, entre sollozos y emoción, a sus compañeros condenados e imputados de Podemos.
Así, el exlíder podemita daba las "gracias compañeros y compañeras perseguidos, insultados y criminalizados", y continuaba, "Se decía, de uno de los fundadores del socialismo en España, que merecer el odio que envenena al pueblo será la mayor de nuestras honras. Y así es".
Para finalizar con su homenaje a sus compañeros condenados, los enumeraba uno por uno. Y la lista es larga, el portavoz parlamentario Pablo Echenique, la delegada del Gobierno por la Violencia de Género Vicky Rossell, la portavoz del partido Isa Serra, su exjefe de Gabinete Julio Rodríguez, el fundador Juan Carlos Monedero y las asesoras y niñeras de sus hijos Teresa Arévalo y Gara Santana. Se olvidaba Iglesias de Alberto Rodríguez, condenado de agredir a la Policía.
A la llorona Iglesias se le cortaba la voz, se le saltaban las lágrimas y la emoción le invadía, él es un político con corazón, y con una larga lista de compañeros condenados.