Un grupo de okupas ha asaltado un apartahotel situado en Cala Bona, en Mallorca, y se ha instalado en varias habitaciones aprovechando que el establecimiento estaba cerrado durante la temporada de invierno.
La gerencia comprobó que había varias personas que se habían alojado de forma ilícita en las habitaciones y no tenían intención de abandonar el lugar. Al menos cuatro de ellas siguen dentro del edificio. Según fuentes del establecimiento, los okupas habrían sustraído llaves y causado numerosos daños materiales, lo que llevó a los responsables a cambiar las cerraduras de algunas puertas. Sin embargo, esta acción dejó a algunos de los okupas sin acceso a sus pertenencias, lo que desató una nueva escalada de tensiones.
Según ha informado la Guardia Civil, la propiedad del hotel Sol i Mar ha denunciado a los okupas por usurpación de uso, mientras que los inquilinos irregulares han interpuesto cinco denuncias contra el dueño del hotel por coacciones, detención ilegal y allanamiento de morada.
La explicación de los okupas es la siguiente. "Un chico que se llama Dimitri nos alquiló esto y nos dijo que nos iba a traer el contrato y no ha vuelto. Luego apareció un dueño que nos tiene coaccionados y no nos deja a salir", asegura uno de ellos. Los okupas defienden que les ampara la ley.
El propietario tenía planeado reabrir al público en abril o mayo, pero ahora se encuentra con que, además de los destrozos ocasionados, los okupas le exigen dinero para marcharse: "300.000 euros, la frustración es total. Han intentado amedrentarme". Miguel, cree que detrás hay una mafia organizada que busca chantajear a propietarios y que saben muy bien lo que tienen que hacer para estar el máximo tiempo posible.
Por su parte, la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) ha manifestado su "máxima preocupación" por la 'okupación' del apartahotel y ha solicitado a la Administración un marco regulatorio que "deslegitime" este tipo de "conducta delictiva", ya que puede crear un peligroso precedente.