Un vecino del municipio madrileño de Guadalix de la Sierra, escuchó ruidos dentro de su vivienda. Publica El Mundo que un hombre, de 40 años y nacionalidad marroquí, se había colado con la intención de perpetrar un robo, arma blanca en mano. Tras pedirle que abandonara el domicilio, y tras una negativa del asaltante, ambos se enzarzaron en un forcejeo que se saldó con heridas de gravedad en sendos cuerpos.
El atacante, primero, intentó apuñalar al propietario, de origen español, que en todo momento opuso resistencia al asalto. Esa primera embestida provocó a la víctima varios cortes superficiales, además de un traumatismo craneoencefálico severo y un traumatismo facial.
Pese a ello consiguió defenderse y arrebatarle, a duras penas, el arma blanca al varón marroquí. Y, acto seguido, logró alcanzarle en el cuello y el hemitórax izquierdo.
Hasta el lugar del suceso acudieron tanto personal del Summa 112 como agentes de Policía Local y Guardia Civil. Los sanitarios encontraron al intento de ladrón en la vía pública. Tras ser estabilizado, fue trasladado al hospital de La Paz de Madrid en estado grave, ya en calidad de detenido por el Instituto Armado. Por su parte, el propietario fue evacuado al Hospital 12 de Octubre de la capital, también en estado grave.
De esta noticia llama la atención el hecho de que, en este caso, El Mundo, repite hasta en tres ocasiones que el ladrón era marroquí. Hasta no hace mucho publicar la nacionalidad de determinados delincuentes no era políticamente correcto y, simplemente, el lector a quien sí le interesan este tipo de datos, se quedaba sin conocerlos.
¿Qué es lo que está cambiando en la sociedad y en la realidad españolas? ¿Acaso tenían razón el Inspector Jefe de Policía, Ricardo Ferris y el presidente de la Asociación Policía S.XXI, Samuel Vázquez, ambos purgados por Marlaska, cuando alertaban de un aumento de la criminalidad y relacionaban nacionalidades con delitos?