Parroquia del Santísimo Redentor de Madrid. El principal templo de los Misioneros Redentoristas en la capital española invita a la periodista Ana Pastor -sí, han leído bien, la Ana Pastor del verificador Newtral- para que sea la conferenciante en uno de sus eventos tradicionales cuaresmales. De hecho, la hoja parroquial de la semana anunciaba que “el lunes 26 de febrero, viene invitada a nuestra cuaresma la amiga y periodista Ana Pastor. Hablará de Violencia de Género y Dignidad Humana. Será en la sala Liguori a las 20:30 h".

Tal invitación, no fue bien recibida por todos los asistentes, particularmente por el colectivo "Universitario Católicos", que expresó su descontento en redes sociales a la vez que publicaba un vídeo con la intervención de una joven influencer que criticó en vivo y en directo la intervención de Pastor y al sacerdorte que estaba sentado a su lado, por la elección de la ponente. “Hasta el sacerdote le ha preguntado a Ana Pastor qué pensaba de los casos de pederastia, pero ¡estamos locos!”, lamenta la influencer para quien “hemos cambiado el temor de Dios al temor por los medios”.

 

Este acto provocó una división de opiniones, con aplausos en apoyo tanto al sacerdote como a Pastor por parte de una fracción del público, mientras que Juan Manuel Góngora, un sacerdote, alabó en redes la actitud de May López-Bleda de Castro. 

Ahora, recordemos un artículo que en su día publicó el historiados Javier Paredes en Hispanidad, sobre el redentorista y afamado teólogo, alma nutricia de la parroquia del Perpetuo Socorro, Marciano Vidal, el teólogo de la Opción Fundamental, una refinada memez, para ponernos en contexto. Con el sugerente título "San Pío X, Marciano Vidal y la novia de don Conegundo", Paredes explicaba cómo en su día, el cardenal Osoro le encargó a Vidal una conferencia titulada “La fundamentación desde la teología moral del acompañamiento espiritual de personas de orientación sexual diversa”. El conferenciante es autor de varios libros de moral, que se los han metido a nuestros seminaristas españoles con calzador en los últimos años, lo que ayuda a entender que se hayan vaciado los seminarios españoles y algunos hasta desaparecido.

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"Pues resulta que la Congregación para la Doctrina de la Fe el 22 de febrero de 2001 publicó una nota, firmada por el entonces cardenal Ratzinger, hoy Benedicto XVI, en la que se decía que los libros de Marciano Vidal no podían ser utilizados para la formación teológica, por los errores que contenían. Para entendernos, que según la Congragación para la Doctrina de la Fe, Marciano Vidal en Teología moral es el maestro Ciruela, que no sabe leer... y el cardenal de Madrid le ha puesto escuela. El redentorista Marciano Vidal promociona la moral de “la opción fundamental”, que es la que practica un conocido mío que se llama Don Conegundo. Así es que contando su historia, se entenderán mejor las doctrinas morales de Marciano Vidal". Don Conegundo es un burgués con muchos posibles, que vive en un pisazo de una calle céntrica de Madrid y trabaja de directivo en una empresa de exportación, que apalea los millones. Y en esa empresa también trabaja una subordinada de don Conegundo, con la que un buen día empezó a tomarse en exclusiva los cafés de media mañana. Así es que cuando la señorita en cuestión se dio cuenta de qué iba el juego, comenzó a vestirse con modelos “ámame por mi inteligencia”. Y entre que don Conegundo se puso como una moto y la otra dijo que sí es sí, pasaron de mantener relaciones laborales a otras de tipo distinto. Pero si la mente arcaica, tridentina, franquista y hasta cochina de alguno de mis lectores lo que está pensando es que Don Conegundo le puso los cuernos a su señora esposa, es porque no se ha enterado de en qué consiste lo de la “opción fundamental” de Marciano Vidal.

No, don Conegundo no se considera ningún adúltero, porque puede hacer compatible la fidelidad a su esposa con la práctica de todo tipo de relaciones con su subordinada, las laborales y las que no lo son tanto, porque su “opción fundamental de amor”, la que siempre tiene en la cabeza no es con su subordinada, sino con su legítima esposa, porque la moral de Don Conegundo no es objetiva sino subjetiva. Para los partidarios de la “opción fundamental”, como Don Conegundo, lo que debe ser juzgado como moral o inmoral no son los actos, sino las actitudes.

Sin duda que la demolición de la moral objetiva es un punto importantísimo en el Modernismo, “el conjunto de todas las herejías” como así lo definió en la condena que de él hizo San Pío X (1903-1914).