Fundación Madrina no debe escuchar al Gobierno. Asegura, en su último comunicado, considero que por puro fascismo, que la pobreza infantil crece en España, cuando eso es imposible, dado que Pedro Sánchez lleva más de seis años en el Gobierno: absolutamente imposible.  

Alimentación, vivienda y educación son los ejes de la pobreza infantil y materno-infantil, dos realidades que siempre vienen muy unidas. 

Por ello, y podemos repetirlo cuantas veces sea necesario, una de las grandes prioridades de todo partido sería el establecimiento de un salario maternal, por el que toda madre cobrara por cada hijo que tenga, desde el embarazo hasta que el hijo abandone el hogar. Por el primer hijo, desde luego, una madre debería cobrar el neto de un salario mínimo, cantidad que podría ir rebajándose hasta la mitad del SMI, pero sin bajar nunca de, al menos, la mitad de ese salario mínimo. 

Junto a ello, el cheque escolar. Es decir, ofrecer a las familias un bono que cubra el coste de la enseñanza escolar de sus hijos, para que los padres puedan elegir en qué colegio estudian sus hijos… sea un centro público o privado. Por cierto, el bono escolar no supone un sobregasto, dado que el coste actual ya se cubre con cargo al presupuesto público.

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Y al que no le guste ni el salario maternal ni el cheque escolar… es que no le gustan ni la justicia ni la libertad. Ni la justicia, porque es de justicia compensar a la mujer que ofrece a la sociedad, con gran esfuerzo, aquello que la sociedad más necesita: hijos y educación de los hijos. De libertad, porque el único sistema educativo que asegura la libertad de enseñanza es, precisamente, el cheque escolar. 

Hagamos caso a Madrina. Un adulto puede ser pobre, un niño, jamás. Y como dice Madrina, la clave para superar la pobreza infantil es la educación. La buena educación, añadimos en Hispanidad. El cheque escolar es la mejor medida para expulsar a los malos educadores.