Decíamos en Hispanidad que un anciano de 83 al que asaltaron en su casa declaró en el juicioi que "no quería disparar" pero los ladrones se le echaron encima: "Me entró el pánico, vi que me mataban". La Fiscalía pedía 4 años de cárcel por homicidio a un viejo que se defendió, en su propia casa, del asalto de unos delincuentes: ¿dónde ha quedado la legítima defensa?
Finalmente, fue declarado inocente por la jueza. La magistrada optó por exculpar al anciano del delito de homicidio por los «defectos» en el veredicto del jurado popular, que concluyó sin los votos suficientes para hacerlo que el hombre cometió el homicidio bajo una «perturbación mental». Según Diario de Mallorca, en la sentencia, la jueza opina que «los jurados gravitaban en dos direcciones, hacia una absolución o hacia una condena atenuada», pero que «la duda de lo que realmente quisieron revelar» le lleva a absolverlo. «Todas estas dudas, no despejadas, me llevan a la aplicación del principio in dubio pro reo», concluye.
Pues bien, ahora, la Fiscalía balear ha recurrido la sentencia absolutoria dictada hace dos semanas contra Pau Rigo, solicitando que el juicio se repita y que se anule su exculpación por homicidio. La Fiscalía pedía para el acusado más de tres años de prisión, lo que implicaría su ingreso si era condenado. El jurado popular, sin embargo, se mostró partidario de reclamar para él un indulto.
Decíamos en Hispanidad que el sistema español es garantista y que la alternativa legal es, al parecer, es que te dejes robar y/o matar. El Estado no te defiende pero tú tampoco puedes hacerlo. Y esto, a propósito del caso de este anciano en el que unos ladrones entraron a robar en un domicilio particular. Les sorprende la víctima y dispara para defenderse. Sí, para defenderse dado que si alguien entra en mi casa de noche es muy posible que no haya venido a disfrutar de mi compañía. Pues resulta que eso está muy mal.
En el mundo anglosajón, si alguien entra en tu casa tienes derecho a defenderte por cualquier medio. En España no: se te cae el pelo. O sea, cuatro años de cárcel.