México tiene un largo historial de anticlericalismo, vinculado a la actividad de la masonería. Y también un largo currículum de violencia e inseguridad.
En ese contexto, se han producido en los últimos días dos noticias de ataques a iglesias, ambas recogidas por Aciprensa. 

En concreto, la Capilla de la Inmaculada Concepción, en el Centro Histórico de Ciudad de México, fue profanada dos veces en menos de una semana. “Con tristeza informamos que durante la última semana, la Capilla de la Inmaculada Concepción, conocida como Capilla Tlaxcoaque en el Centro Histórico de la Ciudad de México, fue profanada en dos ocasiones”, informó la Arquidiócesis de México en su página de Facebook el 13 de junio. 

La primera de las profanaciones ocurrió el mismo jueves 8 de junio, en el día del Corpus Christi. Por la mañana, “los sacerdotes que la tienen bajo su cuidado la encontraron abierta, con las chapas forzadas y rotas, además de algunos muebles dañados y desordenados”. La segunda ocurrió el lunes 12 de junio, “cuando se encontraron muebles dañados y desordenados”.

Por otra parte, la parroquia de San Luis Gonzaga, también en Ciudad de México, fue asaltada por una docena de delincuentes armados y encapuchados, que sometieron a un sacerdote y a uno de sus ayudantes. Según informa Desde la Fe, semanario de la Arquidiócesis Primada de México, los asaltantes llegaron en la mañana del 31 de mayo a la parroquia ubicada en la Alcaldía Iztacalco a bordo de tres camionetas. Al ingresar, los malhechores sometieron al P. Cuauhtémoc Islas y a su ayudante, y les exigieron entregar “todo el dinero” y la ubicación de la caja fuerte, objeto que la parroquia no tiene. Los delincuentes llevaron luego al sacerdote a su habitación, donde lo ataron y le pusieron la funda de una almohada sobre la cabeza. El párroco indicó que de la sacristía se llevaron dos vasos sagrados de plata aunque precisó que “el Sagrario no está profanado”.