Les contábamos en Hispanidad el caso de Laura, una mujer trans, que fue xpulsada por la policía de un baño de mujeres -biológicas- y, claro, se lo tomó como "un acto de discriminación". Entonces, la Cineteca de México, organismo en el que ocurrieron los hechos, refrendó su compromiso hacia los derechos humanos, y también ofreció una disculpa a Laura. Pero, al parecer, no ha sido suficiente y Laura ha regresado allí acompañada por un grupo que gritaba: "Aquí está la resistencia trans", para causar destrozos y robar alimentos. 

¿Cuál será ahora la respuesta de la Cineteca? ¿Quizá incorporarla a su plantilla y calmar así los ánimos de su grupo de resistencia?