Seamos creyentes o no, practiquemos mucho, poco o nada, todos estamos inmersos en una cultura común de base judeocristiana que nos hace contemplar los parámetros de la vida de forma similar. Estos parámetros son los que la deconstrucción cultural posmodernista se empeña en enturbiar y hacer desaparecer, hasta el punto de considerar el aborto como un derecho. En 2023, millones de casos de aborto se registraron en todo el mundo, algunos incluso argumentan falazmente, a la sombra de la Agenda 2030, que esto beneficia la lucha contra el cambio climático, bajo la premisa de que cuanto menos seamos, mejor para todos.
Otro rasgo de esta ruptura cultural son las leyes que promueven la agenda homosexual y transexual, así como la ideología de género, responsable del verdadero cambio cultural que da lugar al relativismo moral que admite todo lo anteriormente dicho y sin pestañear.
Los creyentes y practicantes se preguntan: ¿dónde está la Iglesia que no combate esta desazón moral y social? En España, los seminarios están en declive y los futuros sacerdotes son escasos, para el relevo de los que, ya ancianos, han sido fieles a su vocación y siguen trabajando con 70 años y más por la feligresía, de pueblo en pueblo. Y todo esto, durante las generaciones anteriores, especialmente en España y Polonia, llenaron el mundo de misioneros. Sin embargo, esto es un espejismo pesimista que no refleja lo que realmente sucede en la Iglesia universal en otras partes del mundo, donde las vocaciones son tan numerosas que muchos son enviados a centros en España, donde desgraciadamente tienen demasiadas plazas vacantes. Tendemos a juzgar el mundo ajeno a nuestra realidad con cierta miopía narcisista, pensando que somos los únicos que importan, y tantas veces nos equivocamos.
Marcelo Gullo, en una conferencia reciente, dijo que la reconquista de España llegará desde Hispanoamérica; muchos pensamos que la reevangelización del mundo vendrá desde los lugares donde más mártires se registran actualmente: Asia y África. En efecto, en Asia, incluida China, y en África, la Iglesia florece con mucha fuerza. Miles de jóvenes desean recibir el sacerdocio y miles de chicas quieren entregar su vida a órdenes religiosas exigentes o a través de vidas consagradas.
En Europa también se producen cambios, y contra todo pronóstico. En un continente que ha rechazado con fuerza sus raíces cristianas y adora el poder del dinero, se observa un resurgimiento de vocaciones. Francia, un país laicista por excelencia y con profundas raíces cristianas enterradas bajo el peso de las revoluciones, está experimentando un resurgimiento de vocaciones. En los últimos años, los seminarios franceses vuelven a tener problemas de espacio para acoger a nuevos iniciados. Esta reacción ha llamado la atención de países vecinos, que han corrido a preguntar por la fórmula mágica detrás de este cambio entre los jóvenes. La respuesta fue desalentadora: «Nada, no hemos hecho nada nuevo».
Esta respuesta puede ser decepcionante porque indica inacción, pero también es tremendamente esperanzadora porque sugiere que sigue siendo Dios quien actúa a pesar de nuestra desidia y miseria. Sin embargo, ante este “no hacer nada”, es necesario examinar con más detalle lo que está sucediendo en los lugares donde las vocaciones surgen con tanta fuerza y alegría, puede que descubramos en qué consiste la fórmula mágica. Es en los países donde los católicos son perseguidos: Pakistán, China, Corea del Norte, Vietnam en Asia; Iraq, Siria, Libia o Palestina en Oriente Medio; y 12 países de África donde se persigue hasta la muerte a los cristianos: Nigeria, Camerún, Mali, Burkina Faso, Níger, Chad, Libia, República Democrática del Congo, Somalia, Eritrea, Mozambique y Comoras. Y no deja de llamarme la atención, que Occidente calle vergonzosamente ante estos crímenes de lesa humanidad por discriminación de fe.
El historiador Santiago Mata, en su próxima publicación, hace una observación que viene bien para este mismo caso: «La historia de los mártires de Inglaterra y de los países dominados por Inglaterra, se convierte así en una prueba más de que, aunque se pretenda organizar una estructura pseudoeclesial dependiente del Estado, esta termina por desaparecer, mientras la Iglesia perseguida nunca muere -y añade-: En la actualidad, en Inglaterra 600.000 personas asisten semanalmente a las ceremonias anglicanas, 750.000 a las misas católicas. En Escocia, los asistentes semanales a las ceremonias de la Iglesia presbiteriana (Kirk) no pasan de 80.000, mientras que las misas católicas cuentan con 125.000 asistentes».
La historia demuestra que la sangre de los mártires riega el renacer de la Iglesia. El trabajo duro, el sufrimiento y la lucha diaria por ser fieles a la fe son los mayores garantes de una Iglesia fuerte. Mientras nuestros hermanos son perseguidos, encarcelados, masacrados o convertidos en esclavos, en Occidente cantamos canciones en misa que no alaban a Dios, sino que nos sumen en la autocompasión. Despreciamos la liturgia y frivolizamos con la eucaristía comulgando en la mano. Vamos a misa los domingos “si me queda tiempo” y nos horroriza que nuestro hijo o hija quiera ser religioso o consagrado. Mientras unos derraman su sangre por todos, nosotros nos desangramos en la fe y la esperanza.
Señores obispos, presbíteros, padres y madres, profesores… Hay mucho que hacer. Para empezar, ¿estaríamos dispuestos a declarar alto y claro que somos creyentes… ¡Y practicantes con todas sus responsabilidades!?
La renovación de la Iglesia y del mundo (BAC), de Karol Wojtyla. Se trata de un compendio de homilías y discursos del arzobispo Karol Wojtyła, de hace más de 40 años. Explica el significado del Concilio y su magisterio. De este modo, preparaba la aplicación del Concilio Vaticano II en la archidiócesis de Cracovia. Más tarde, durante los veintisiete años de su pontificado, san Juan Pablo II aplicaba el magisterio del Concilio en la vida de la Iglesia universal.
El valor del silencio interior (Sekotia), de Rafael Pascual OCD. En una era dominada por el ruido y la constante estimulación, el silencio ha adquirido un valor incalculable. Sin embargo, este silencio no solo implica la ausencia de sonido, sino también un estado interno de calma y paz mental. Tiempos que deberíamos dedicar al descubrimiento de Dios en la vida y tarea diaria. Este libro te descubre hasta diferenciar 20 silencios en Dios que debiéramos cultivar.
Coptos. Viaje al encuentro de los mártires de Egipto (Encuentro), de Fernando de Haro. El 16 de febrero de 2015, el Estado Islámico difunde un vídeo propagandístico de la decapitación de 21 cristianos egipcios junto al mar de Libia. Durante unos segundos, el plano se acerca para dejarnos leer en los labios de alguno de los ejecutados: «Señor Jesucristo», algo tan fascinante como extraño para un mundo occidental, escéptico y descreído. Decenas de entrevistas personales nos acercan tanto a la actualidad como a la historia de estos cristianos que son testimonio vivo de Jesucristo en Oriente Próximo.