En el mundo okupa cada día encontramos un caso que nos sorprende y que deja clara la caradura e impunidad con la que los okupas actúan. 

Nos vamos a Vigo con un nuevo caso, donde la comisaría de la ciudad gallega envió tres coches patrulla a un céntrico barrio tras recibir la llamada de un okupa de unos 30 años que pedía auxilio y ayuda porque su casero se personó por la mañana en la vivienda para pedirle que abandonara la casa. 

El propietario le acusaba de haber montado un narcopiso y de estar "amargando la vida" a todo el edificio. Además amenazó con ir más veces para "controlar y defender mi propiedad".

Según los testigos, viandantes y comerciantes, los tres coches llegaron al lugar y varios policías nacionales vestidos de paisano entraron en el portal para examinar la puerta y hablar con ambas partes. Cuando terminaron, según ha conocido la Voz de Galicia, los agentes comunicaron al propietario que no se podía hacer nada y que se tenía que marchar del inmueble. Por supuesto, el okupa podía quedarse. 

El propietario asegura que la situación es "insostenible" y "delirante": "En este piso hay un chico que vende drogas, ha montado un narcopiso y es un okupa. Le dije: ‘Te tienes que ir' y él llamó a la policía, les dijo que yo estaba molestando".

Cuenta que hace no mucho otros delincuentes acudieron a la vivienda para cobrarse unas deudas del okupa: "Le pusieron unas bridas al joven, que se dedica al menudeo, porque les debía dinero, creyó que lo iban a matar o secuestrar". Ante el escándalo un vecino llamó a la policía. El casero acusa al okupa: "Le hace la vida imposible a toda la comunidad de vecinos, han presentado una reclamación y hace poco hubo una intervención policial porque un residente se quejó de los gritos".