La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha defendido la aplicación de la Ley Trans que en un año, desde su aprobación, "está funcionando" porque ha permitido "5.100 cambios de género y de nombre": "La inmensa mayoría son cambios que han producido una mejora de la vida de la gente y de las personas en transición". Los 5.000 casos son datos confirmados por el INE, pero la interpretación del buen funcionamiento de la ley ya es cosecha de Redondo. 

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La ministra podría preguntar a Marta, que asegura que denunció a su pareja por malos tratos, pero la denuncia no se ha podido tramitar en el juzgado como violencia de género porque su pareja ha cambiado de género y ahora es, con todas las de la ley -nunca mejor dicho-, una mujer. 

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Para las que quizás ha supuesto una mejora en su vida es para las cabos trans Roberto y Juanjo, las cuales podrán disfrutar de las ventajas de la ley para las militares trans, que según cuenta The Objective van desde un complemento en su futura pensión para la reducción de la brecha de género a habitación propia para cambiarse, para no usar el vertuario feminino ni masculino. 

Ahora Juanjo ha fundado la asociación de militares trans, organismo que preside: se define como un "trans no normativo", concepto que da nombre a la asociación TNN. Tiene dos semanas de vida pero ya son doscientas integrantes: "llegaremos a ser miles", asegura Juanjo que se muestra optimista porque asegura "No nos da tiempo a atender todas las solicitudes". 

Su objetivo a largo plazo es "acabar con el patriarcado", que sucederá cuando "todas seamos mujeres", para lo que ofrece asesoramiento legal, así los varones podrán cambiar de sexo registral. 

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Se enfrenta a numerosas críticas que le acusan a ella y otras militares trans de "aprovechados" y de estar cometiendo un presunto "fraude de ley", pero Juanjo anuncia que denunciará esas acusaciones: "Nos vamos a poner muy serias con este tema porque la transfobia está penada con multas cuantiosas, y los medios de comunicación pueden incluso perder subvenciones del Estado". 

"El preámbulo de la ley dice que lo que busca es que se pueda vivir en libertad la expresión de género, la identidad y la orientación sexual. A mí nadie me tiene que andar preguntando si me gustan las mujeres, los hombres o por qué visto como visto. No tengo que justificarme ante nadie".

A ojos de Juanjo, "el feminismo dominante es el transexcluyente", por lo que él luchará por acabar con esa vertiente, porque afirma que ser mujer es "un constructo social", por lo que agradece a Irene Montero que generara un "cambio de paradigma": "En la sociedad binaria una persona que es transexual tiene disforia de género y se termina hormonando y/o operando para que su sexo previo se parezca al contrario, pero eso perpetúa el binarismo de género. No es necesario. Una persona trans es la que se identifica con el sexo contrario al que tiene registrado. Por eso nos ha venido bien la ley, estamos muy agradecidas".