Hemos asistido atónitos, enmudecidos, a un nuevo hecho relacionado con la muerte. Gabriel, "nuestro pececito", se nos coló en casa por la tragedia de su desaparición y luego se instaló en el corazón al descubrir su asesinato por la "madrastra", que no lo era pues no estaba casada.

Bien, todo hemos visto un gran espectáculo mediático por la tele la radio y la prensa (papel y digital). Todos a una con Gabriel, dedicando entre 15 y 20 minutos de cabecera de los telediarios a este caso, repitiendo una y otra vez las pistas que la Guardia Civil seguía, el apresamiento de Ana Julia, el funeral multitudinario y las balbucientes palabras de la madre y el cuento que le llegó sobre un pez y la bruja. Y digo espectáculo porque lo ha sido.

Un espectáculo consentido, planificado, promocionado e interesado que incluía desde un tuit del Presidente del Gobierno a la presencia física de la Vicepresidenta en el funeral... ¡No hay nada sin querer! Otra nueva ocasión para que los partidos políticos y los medios de comunicación saquen tajada del pueblo rompiéndolos en dos otra vez. Porque claro, no han faltado voceras agitadores como Ignacio Escolar (ya saben, ese ser barriobajero, cultureta de graffiti, pupulismo multicultural y cuyo poder mediático solo usa para romper, nunca para construir) se encargó de agitar a las masas de tontos útiles que le tocan las palmas diciendo que se estaba permitiendo que se generase odio machista por tres motivos: 1º Por un asesinato, 2º porque es mujer y 3º porque es negra... No pienso comentar más, solo añadir que ante tales argumentos de peso, cientos de lumpen intelectuales se apresuraron a decir que sí, que sí, que ya está bien.

Y ante tanto espanto social y político, aparecen datos escalofriantes sobre la situación demográfica española, situada a niveles del siglo XVII en España, mientras se matan 100.000 no natos y no sabemos cómo resolver las pensiones. Pero lo que colapsa es la muerte de Gabriel, que no digo que no, pero me parece que es un acto de injusticia como agravio comparativo porque no es el único niño, ni adulto, ni joven desaparecido... "¿Por qué no hacen lo mismo en la tele con mi ser querido desaparecido? ¿Por qué el ministro de Interior no me cita en sus ruedas de prensa?" Se preguntarán otras tantas familias que son ninguneadas hasta por la radio local de su pueblo. Y ahora me llamarán conspiracionista, vale, pero ¿puede ser que se monte este trágico circo para crear la presión social necesaria y que la competencia política no deroguen la Ley de Prisión Permanente Revisable que sacó el Partido Popular en 2015...?

Porque para unas cosas no se legisla en caliente, pero en caliente sí que se puede derogar...  Y vuelvo a decir lo mismo: ¡No hay nada sin querer! Contra el hormiguero humano (Sekotia), de Rafael Gómez Pérez. Dice este autor, filósofo y escritor: Partir de lo individual parece arrojar gasolina al fuego del egoísmo, pero espero saber explicarme: nada sin el individuo quiere decir, paradójicamente, que se preparan las condiciones para un extendido altruismo, que, su vez, es la antesala de la amistad y del amor...

Y yo no voy a añadir ni una coma más. La revolución bipolítica (Rialp), de Vittorio Possenti. Possenti propone un modelo ético de raíz cristiana, que pueda dar respuesta a las contradicciones del individualismo radical del siglo XXI y considera peligrosa esta alianza contemporánea entre materialismo y técnica, y propone un modelo ético de raíz cristiana, que pueda dar respuesta a las contradicciones del individualismo radical del siglo XXI. Guillotina para títeres (Última Línea), de Diego Pérez Carpeño. Novela irónica con la uña del sarcasmo que nos trae una ficción muy parecida a la realidad, por aquello de no pasarnos de listos, ya que la realidad siempre supera la ficción...

Un presidente del Gobierno, una presidenta de la Comunidad de Madrid y un taxista llamado Gabriel, un poli de dudosa reputación... En fin, ¡qué bonito es vivir!

@hptr2013