Se nos vende el vídeo adjunto como la reacción de los franceses contra la imparable islamización de Francia, tras el desastre de Afganistán. Y así es. Lo de Kabul ha resultado un desastre del Occidente cristiano ante esa caricatura de iglesia que son los mahometanos.
Ahora bien, la Marsellesa no es lo contrario del islam ni sirve de dique contra el fanatismo oriental. Recuerden que al ritmo ideológico de la Marsellesa se cuajó el primer genocidio de la era moderna, contra los católicos de la Vendée. Recuerden que el fruto más granado, lo que tantos idiotas califican como Ilustración, así como su hija primogénita, la Revolución Francesa, no fue otra cosa que cristofobia rabiosa, el hombre ensoberbecido y deificado y el primer ensayo de blasfemia contra el Espíritu Santo. Ya saben: la perversidad convertida en bondad y la bonhomía perseguida, en una orgía de sangre que se enseñaba -¿por qué será?- contra los católicos.
Lo contrario a la Ilustración es la razón iluminada por la fe, o sea. Cristo. Lo contrario al islam es la misericordia, o sea, Cristo
Tan fanáticos son los talibanes o el Estado Islámico, como los ilustrados franceses que disfrutaban aplastando a los bebés, y haciendo sandalias de la piel de los varones masacrados y guantes con la piel de las mujeres desolladas... todo ellos enemigos jurados de los principios revolucionarios. La Ilustración y la Revolución Francesa constituyeron una de las etapas más negras de la historia de Europa, ocultada por la corrección política que controla con mano férrea los ámbitos académicos universitarios, especialmente en materia de... ‘memoria histórica’.
No: oponer ilustración a fundamentalismo islámico es como oponer un chichón en la frente a un agujero en la frente. Ni el uno ni el otro resultan deseables. Lo contrario a la Ilustración es la razón iluminada por la fe, o sea. Cristo. Lo contrario al islam es la misericordia, o sea, Cristo.
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