En Nigeria, en el estado de Benue, el pasado 19 de octubre los pastores musulmanes fulani llevaron a cabo una violenta redada que dejó al menos a 71 aldeanos católicos asesinados, recoge Aciprensa, aunque la información va llegando con cuentagotas.

La policía y el clero están de acuerdo en que la redada fue una represalia por el asesinato de cuatro pastores fulani a principios de semana en un enfrentamiento entre pastores y agricultores que defendían sus cultivos.

Las cuentas difieren en cuanto al número exacto de muertos en la redada del 19 de octubre.

El presidente del consejo de gobierno local de Ukum, Kartyo Tyoumbur, le dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI–que al menos 71 residentes de Gbjeji, de los cuales prácticamente todos eran fieles católicos de la Iglesia de San Miguel, murieron en el ataque.

La autoridad informó que se encontraron al menos 35 cuerpos después de la redada y 36 cuerpos más fueron recuperados más tarde en campos adyacentes. Entre los muertos había mujeres y niños, junto con dos policías, dijo.

“Los terroristas de fulani llegaron a las 6:00 a.m. y comenzaron a disparar indiscriminadamente”, contó a CNA el P. Samuel Fila, que en el momento del ataque estaba fuera del pueblo en una asamblea clerical.

El presbítero señaló que aproximadamente 200 atacantes participaron en una redada bien coordinada, quemando casas y atacando con machetes a los aldeanos que huían. “La aldea está actualmente desierta”, relató, recoge Aciprensa.

El estado de Benue ha sido escenario de frecuentes ataques terroristas sangrientos por parte de extremistas musulmanes desde 2019. Los clanes de pastores pertenecen a los fulani, una etnia que representa hasta el 10% de la población de Nigeria, el país más poblado de África.

Gbeji es un pueblo agrícola remoto de 5.000 habitantes ubicado al oeste de la frontera estatal con Taraba. Los aldeanos católicos reciben visitas de la parroquia de Santo Tomás en Afia, a unos 14 kilómetros al sur de Gbeji.  

Los agricultores de todo el estado de Benue se enfrentan a reducciones de cosechas debido a inundaciones inusuales, así como al temor generalizado de ser asesinados por terroristas armados cuando intentan cosechar.

Millones de agricultores de Benue y sus familias viven en campamentos de personas desplazadas porque las milicias fulani los han obligado a abandonar sus tierras, recuerda Aciprensa.