El investigador de Harvard Raj Chetty analizó datos de 70 millones de usuarios de Facebook de entre 25 y 44 años en los Estados Unidos. El estudio publicado por la revista Naturaleza -y recogido también por El País- concluye que si un niño que vive en un hogar de bajos ingresos crece en un área donde hay un intercambio y una relación regulares entre personas de diferente nivel socioeconómico, entre ricos y pobres, es más probable que su nivel económico aumente con el aumento de la edad.
Facebook entregó a Chetty los datos de 21.000 millones de relaciones de amistad de sus usuarios para su análisis. Pero no se alarmen, la red de Zuckerberg hace siempre buen uso de la información relativa a sus usuarios.
Aquí también tiene algo que decir nuestra exministra Celaá, ella se dio cuenta mucho antes que Chetty de la brecha entre niños pobres y niños ricos, aunque, en su caso, desde el punto de vista académico. Apuntaba la señora Isabel a que resulta que los niños pobres tienen más dificultades para aprobar que los niños ricos que cursan estudios en el mismo centro -pero eso, seguro que les pasa por no relacionarse entre ellos, como señala Chetty
“Todos sabemos que los amigos que hacemos son importantes en el futuro”, dice Esteban Moro, investigador de la Universidad Carlos III y del MIT (Massachusetts Institute of Technology) Connection Science. Según explica, esta teoría siempre ha sido difícil de medir porque no sabía quiénes eran los amigos de todo el mundo, “pero es la primera vez que se utilizan datos sobre las relaciones sociales a nivel individual por tantos millones de personas”. “. «Confirmaron que hay una gran correlación, que es un factor clave, aunque la conclusión no es que todos salgamos y hagamos amigos ricos», agrega.
Chetty aconseja a los reguladores y legisladores que no solo se concentren en exponer o poner fin a las escuelas financieramente segregadas, sino que también aborden el sesgo de amistad, que es igual de importante para poner fin a la desconexión.
Aquí también tiene algo que decir nuestra exministra Celaá, ella se dio cuenta mucho antes que Chetty de la brecha entre niños pobres y niños ricos, aunque, en su caso, desde el punto de vista académico. Apuntaba la señora Isabel a que resulta que los niños pobres tienen más dificultades para aprobar que los niños ricos que cursan estudios en el mismo centro -pero eso, seguro que les pasa por no relacionarse entre ellos, como señala Chetty.