El terrorismo, durante los últimos días ha desbordado a periodistas, contertulios, blogueros y opinión pública. España tristemente ha sido tierra de terroristas de tipos diversos que no voy a entrar a enumerar, porque el terrorismo sea del signo que sea nunca se puede justificar. El terrorismo lleva consigo dolor que en muchos casos genera un proceso de duelo en las víctimas que puede -comprensiblemente- desbocar en odio y que trascienda por generaciones. Pero antes de seguir adelante con la presentación de esta semana, me gustaría dar un aviso a seguidores sobre esta sección de El libro de la semana: no solo hablaré de nuevos títulos, más bien escribiré de libros con actualidad, sean novedades o no, porque me parece más importante lo que puede aportar el contenido de una obra que la fecha de su publicación. Pues bien, dicho esto les presento mi comentario de esta semana: No más bombas, escrito por Shane Paul O'Doherty. La editorial Libros Libres publicó en el año 2008 este interesante texto tratando de buscar un espacio reconciliador, donde muchos de los que han sufrido directamente la violencia terrorista -siempre inhumana- les ha dejado huella, posiblemente indeleble; y también a la gran mayoría de la sociedad que lo ha sufrido también de manera indirecta, porque los ciudadanos no son permeables a estos execrables actos, pues si no, no tendría sentido el terrorismo en sí. El autor, Shane Paul O'Doherty fue uno de los irlandeses dedicados a tratar de "convencer" a la opinión pública de que el Ulster no era Inglés, hasta que en 1975 fue detenido, juzgado y encarcelado por su actividad terrorista en Irlanda del Norte y Londres. En sus años de prisión tuvo la oportunidad de reflexionar y redescubrir los derechos humanos, lo que le llevó a plantearse cómo pedir perdón públicamente y, de hecho, fue uno de los primeros miembros del IRA en hacerlo. En 1978 con una carta a través de los medios de comunicación en la que manifestaba abiertamente su oposición a la violencia como medio para conseguir cualquier cambio político, y social, añado yo. Pero no quiso dejarlo ahí, quiso también dar la cara y escribió desde su celda numerosas cartas a los familiares de sus víctimas pidiéndoles perdón, aunque reconocía que ya sólo podría consolar el dolor de sus víctimas moralmente. Posiblemente muchos nunca aceptarían aquel perdón y otros sí, pero en cualquier caso fue un acto que le ennoblecía y, a él mismo, le ayudaría a curar la frustración de su vida pasada. Obtuvo la libertad en 1989 y estudió filología, teología durante dos años y finalmente obtuvo el diploma de Filosofía por la Universidad Nacional de Irlanda. Y aunque No más bombas fue escrito durante el tiempo que estuvo encarcelado, muestra que Shane era ya entonces una persona que no escribía empujado por el sentimentalismo, sino porque sus argumentos estaban pensados, estudiados, contrastados y, por último, bien estructurados. No más bombas es un buen libro que debería releerse. Rellenar la cabeza y el corazón de razones profundamente humanas que muestran que la violencia es promovida por la sinrazón o por la pasión desencadenada sin ver más allá de las propias ideas, por llamarlo de alguna forma. La brillantez del escrito muestra de forma ágil que en un clima repleto de violencia de las ideas y consecuencias terroristas hace que pienses que  el vecino de la puerta de al lado sea un criminal o que un viandante de la calle merece morir porque no piensa como nosotros. Además, la honestidad con la que escribe abre los ojos al mundo, especialmente a los que leen las páginas. Sin duda a los lectores les llenará de asombro la carga emocional del autor cuando narra la parte en la que se compromete como miembro del IRA o cuando llega a la desilusión de lo que ha hecho con su vida y con la vida de los demás, que en su mayoría no conocía. Un libro altamente recomendable para liberar las tensiones que nos ofrecen los últimos hechos acaecidos en Francia. Pero también en Siria, Nigeria, Israel y Palestina desde hace años. El terrorismo es mortal para todos, estén cerca o lejos. Humberto Pérez-Tomé Román @hptr2013