Los mejores consejos suelen ser los más simples. Por ejemplo, un amigo que se mantiene en contacto con una de las dos videntes vivas de las apariciones marianas de San Sebastián de Garabandal (1961-1965), de la más conocida de las cuatro niñas, Conchita González, recibió de ella este consejo: "El ave María cubre todo, la vida y la muerte. Reza muy desapcio, como hablando con nuesta madre”.
Vamos, le decía que no ‘rezara’, sino que hablara con la Virgen, dirigiéndose a la Madre de Dios en cada frase del Ave María.
¡Cóño, funciona! Hagan la prueba.
¿Que usted no cree en Conchita ni en Garabandal? Bueno, puedo decirle tres personajes que creyeron en las apariciones y ninguno de ellos era obispo de Santander y que creyeron en Conchita: Pablo VI, el Padre Pío y Teresa de Calcuta.